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En noviembre pasado, la víctima de la estafa recibió una llamada de una mujer que se presentó como policía y le explicó que estaban haciendo una investigación sobre una red de ladrones que iba a atacar a su banco con la complicidad de los empleados.
Durante meses, la mujer recibió una llamada diaria de los falsos policías que la informaban sobre el avance de la investigación, le pedían un secreto total y, para salvaguardar sus ahorros, hiciera un giro a una cuenta especial.
En ocho meses, los estafadores pudieron hacerse con la suma de 3.6 millones de francos suizos (3,25 millones de euros).
