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Caso Yuliana Samboní: de qué acusan a los hermanos de Rafael Uribe, el acaudalado arquitecto encarcelado por el asesinato que conmocionó a Colombia

Lo que ocurrió el 4 de diciembre de 2016 en el apartamento 603 del edificio Equus 66, en Bogotá, es algo que todavía no se ha esclarecido completamente.

El secuestro, violación y asesinato de Yuliana Samboní, de 7 años, conmocionó a Colombia. Y sigue dando de qué hablar. Foto: EPA

El secuestro, violación y asesinato de Yuliana Samboní, de 7 años, conmocionó a Colombia. Y sigue dando de qué hablar. Foto: EPA

Fue ahí que poco antes de las 9:00 pm la policía encontró el cuerpo sin vida de Yuliana Samboní, una niña indígena de siete años que había sido raptada ese mismo domingo en horas de la mañana.

Se cuerpecito, desnudo, había sido ocultado debajo del jacuzzi del apartamento deshabitado, propiedad de una acaudalada familia bogotana.

Una autopsia luego determinaría que la menor había sido golpeada, violada y asfixiada hasta la muerte.

Poco después, el Rafael Uribe Noguera —inicialmente descrito por varios medios locales como “un exitoso arquitecto bogotano”— se declararía culpable de feminicidio agravado, secuestro simple, tortura y acceso carnal violento.

Sus acciones eventualmente le valdrían una condena de 58 años de cárcel, una de las más altas jamás dictadas en Colombia.

Pero la justicia colombiana todavía está tratando de establecer el rol de los hermanos de la “oveja negra” de la familia Uribe Noguera, Francisco y Catalina, aquel 4 de diciembre.

Este viernes ambos hermanos están llamados a testificar en el juicio por encubrimiento al que se enfrentan en el Juzgado 46 Penal de Reconocimiento de Bogotá.

“Destrucción de material probatorio”

Específicamente, la fiscalía colombiana acusa a Francisco y Catalina Uribe Noguera de los delitos de ocultamiento, alteración o destrucción de material probatorio y favorecimiento de secuestro.

De ser encontrados culpables, podrían recibir una condena de 4 a 12 años de cárcel.

Guillermo Torres Reina/ Revista Semana
Los hermanos de Rafael Uribe, Francisco y Catalina, están imputados d efavorecimiento del secuestro y encubrimiento.

Las autoridades consideran que los hermanos actuaron impropiamente al no revelar inmediatamente sus sospechas sobre la posible ubicación de Rafael, a pesar de haber sido informados que estaba siendo buscado en relación con la desaparición de una pequeña.

Ambos también ingresaron al apartamento propiedad de la familia antes que las autoridades, y solo informaron a la policía que su hermano había confesado haber acabado con la vida de Samboní después de habérselo llevado de ahí para ingresarlo en una clínica psiquiátrica.

La escena del crimen fue manipulada y he instruido a los fiscales para que judicialicen a los terceros que están intentando obstruir la acción de la Fiscalía”, denunció, de hecho, en su momento, el entonces fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez.

Y en la audiencia de legalización de la captura del arquitecto, la Fiscalía llegó incluso a afirmar que este se había drogado varias horas después de cometer el crimen “como parte de una maniobra para intentar atenuar la responsabilidad de sus actos”.

EPA
Rafael Uribe fue notificado de las acusaciones en su contra mientras estaba integrado en una clínica de Bogotá.

La prueba más sólida contra los hermanos, sin embargo, parece estar vinculada con la acusación de haber borrado conversaciones clave para establecer lo que realmente ocurrió el 4 de diciembre en el apartamento del edificio Equus.

En total, según un reporte elaborado por expertos del servicio de inmigración y aduanas de EE.UU. (ICE) a solicitud de las autoridades colombianas, Francisco y Catalina Uribe habrían borrado al menos 39 intercambios de WhatsApp de aquel fatídico día.

“Esos hechos fueron desplegados en un plan criminal para entorpecer la investigación“, aseguró en su momento la Fiscalía, para quien no hay duda que los imputados trataron de ayudar “a su hermano Rafael Uribe a eludir la acción de la justicia por el secuestro, homicidio y feminicidio de la menor (Yuliana Samboní)”.

“Sin entender”

Los hermanos Uribe Noguera, sin embargo, se declararon inocentes y siempre han defendido que desde el primer momento colaboraron con las autoridades.

“Desde el 9 de diciembre de 2016, durante los interrogatorios a los que se sometieron voluntariamente, los hermanos Uribe Noguera informaron a la Fiscalía que ante la avalancha de amenazas e insultos que recibieron en sus aparatos celulares (…) optaron por desinstalar (no borrar ni alterar) las aplicaciones receptoras, procediendo a entregar, también de manera voluntaria, los respectivos aparatos para facilitar su experticia”, aseguraron también sus abogados.

Y en una entrevista exclusiva con la revista Semana realizada en diciembre del año pasado, Francisco Uribe trató de ofrecer una explicación para sus posibles errores u omisiones aquel 4 de diciembre.

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En este edificio, construido por la familia Uribe Noguera, se halló el cuerpo de Samboní. (Foto: Google Maps)

“Lo que nos sucedió a mí y a mi familia es algo para lo que creo que ningún ser humano está preparado. Uno va descubriendo gradualmente una realidad cada vez más horrible sin entender. Entonces todos los que creen que uno puede actuar con una lógica racional en ese momento no han vivido lo que hemos vivido”, explicó.

“Nos han acusado en innumerables ocasiones de haber alterado la escena del crimen, de haber lavado el cadáver de la niña, de haberle echado aceite para borrar las huellas, y además de emborrachar y drogar a mi hermano. La verdad es que ni Catalina ni yo ni siquiera vimos el cadáver de la niña“, dijo sobre el fatídico día.

Ahora la justicia colombiana deberá decidir si le cree, o no.

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