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El peluquero que les devuelve la autoestima a los niños que perdieron el pelo en accidentes

La barbería de Francisco Oliveira, de 30 años, en el interior de Sao Paulo, en Brasil, empezó a ganar popularidad en redes sociales con videos de personas sin pelo recibiendo prótesis capilares que parecen ser su cabello real.

Lorenzo, uno de los niños que recibió una prótesis capilar. (ARCHIVO PERSONAL/LUCIANA RAFAELA DE LIMA)

Lorenzo, uno de los niños que recibió una prótesis capilar. (ARCHIVO PERSONAL/LUCIANA RAFAELA DE LIMA)

En el contenido que publica en Tiktok e Instagram, Francisco pone las prótesis y remata el look con modernos cortes de cabello que dan una apariencia natural.

Gracias a su éxito en redes, algunas personas empezaron a enviarle a Francisco videos de la historia de Joao, un niño al que se le quemó parte del cuerpo en un incendio accidental en su casa cuando tenía dos años y medio.

Juliana Cerqueira, madre de Joao, le contó a BBC Brasil que el incendio fue causado por una vela en su casa en Taboao de la Sierra, en Sao Paulo.

“Perdí a mis dos hijas en el accidente y Joao quedó en coma. En total fue sometido a 18 cirugías y afortunadamente logró recuperarse bien. Hoy tiene nueve años”.

Francisco cuenta que Joao no tenía pelo ni en la parte superior ni en los costados de su cabeza debido a las quemaduras.

Joao, antes y después de recibir la prótesis capilar, junto a Francisco.
REPRODUCCIÓN INSTAGRAM/@PROJETOJOAOTABOAO
Joao, antes y después de recibir la prótesis capilar, junto a Francisco.

“Fue un gran desafío poner la prótesis capilar en este caso, pero logramos crearle un aspecto natural con el que quedó muy contento”.

Desafortunadamente la piel de Joao no se adaptó a la prótesis.

“Tenía una mancha en la cabeza que se acabó inflamando y pensamos que lo mejor era no usarla más”, explica su madre.

Lo que sí ocurrió es que esa visita abrió las puertas de la barbería a otros niños.

Proyecto benéfico

Francisco cuenta que el video que publicó de Joao divirtiéndose en la peluquería terminó volviéndose viral y pronto llegaron más solicitudes de otras madres cuyos hijos enfrentaban situaciones similares.

“La experiencia con ese primer niño lo cambió todo”, afirma.

“Fue en base a esto que creamos un proyecto benéfico que atiende específicamente a niños que hayan sufrido accidentes, quemaduras u otras situaciones que provoquen la caída del cabello, incluidos el haber nacido con deformidades del cuero cabelludo”.

El proyecto, que recibió el nombre de ‘Joao Taboao’ en honor al hijo de Juliana, comenzó atendiendo a tres niños al mes, y posteriormente Francisco y su equipo lanzaron una campaña de crowdfunding (financiación virtual) que permitió que personas de todo Brasil contribuyeran, aumentando así el número de beneficiarios.

Hasta la fecha han ayudado a 23 niños.

Un viaje de 3.000 kilómetros

Al igual que Joao, Lorenzo fue víctima de un incendio accidental en su casa en Pernambuco.

En ese momento, tenía apenas tres meses y tuvo que viajar hasta la capital, Recife, a casi cuatro horas en auto, para recibir atención.

Lorenzo pasó dos meses ingresado en el hospital y se recuperó bien, pero perdió tres dedos de la mano izquierda y parte del tejido de la cara y la cabeza, que fueron reconstruidos con injertos de piel.

“Cuando el médico dijo que ya no tendría cabello, se me rompió el corazón. Me preguntaba cómo se sentiría cuando fuera mayor”, dice Luciana, madre de Lorenzo.

Fue a través del video de Joao que Luciana descubrió la posibilidad de una prótesis capilar para su hijo.

“Pensé que tendría que ahorrar mucho dinero para hacerlo, pero llamé y descubrí que el proyecto era gratis. Luego, con la ayuda de mi familia y mi marido, fuimos a Sao Paulo en abril de este año, a más de 3.000 kilómetros de nuestra casa”.

Luciana habla de la emoción que sintió al ver a Lorenzo con su nuevo cabello.

“Fue tan hermoso ver su reacción que lloré. Se miró sonriendo, parecía tan emocionado como un adulto a pesar de que solo tenía dos años; ni siquiera sé cómo explicar la magia de ese momento“.

Luciana con su hijo Lorenzo.
ARCHIVO PERSONAL/LUCIANA RAFAELA DE LIMA
Luciana con su hijo Lorenzo.

Cómo funcionan las prótesis capilares

Francisco explica que las prótesis están hechas de un tipo de silicona extremadamente fina, con mechones de cabello humano insertados en la base.

Las piezas son importadas de China.

“Es donde encontramos el mejor material, que proporciona un aspecto muy natural, similar al cabello humano. Los niños a los que atendemos tienen una capacidad increíble para adaptarse y aceptar su nueva apariencia de forma natural, lo cual es inspirador”.

Los profesionales utilizan cinta adhesiva de doble cara para fijar la prótesis al cuero cabelludo.

Después de unos 15 días, la adherencia de la cinta comienza a disminuir y el cliente debe programar una cita de mantenimiento para retirar la prótesis, limpiarla y aplicar una nueva cinta adhesiva.

“Si las personas viven lejos de la peluquería, les enseñamos tanto a los niños como a sus madres a realizar el mantenimiento en casa. Les proporcionamos un kit que incluye cinta adhesiva, desmaquillante, productos para hidratar su cabello y un vídeo tutorial. Esto es fundamental porque los niños atendidos en el proyecto provienen de diferentes partes del país”.

El equipo de Francisco está compuesto por seis personas. Entre ellas hay cuatro barberos que realizan aplicaciones de prótesis capilares masculinas.

“A medida que la empresa crecía, comencé a preguntarme si no habría un propósito mayor para nuestro trabajo. Este proyecto llegó para responder a esa pregunta.

“Servir a estos niños se ha convertido en una misión para nosotros y nos dimos cuenta de que podemos marcar una diferencia en sus vidas. Es una forma de devolverles la bendición que tuvimos en nuestra empresa. Estamos agradecidos por esta oportunidad de ayudar a otros.

“Hoy podemos atender a más niños y el proyecto es gratuito para ellos. Incluso los niños de otros estados pueden recibir ayuda para el pasaje aéreo y otros gastos”.

Un nuevo look para Lucas

Lucas tiene 6 años y fue uno de los niños beneficiados por el proyecto en los últimos meses.

Su madre, Marcielle, de 30 años, cuenta que el pequeño perdió parte del cuero cabelludo en un grave accidente en la calle frente a su casa en Corumbá, Mato Grosso do Sul.

“Lucas tenía dos años y medio cuando ocurrió el accidente. Mi marido fue a buscar una llave de la camioneta que le iba a prestar a un amigo. Notó una gotera debajo de la camioneta y se agachó para mirar”.

“En ese momento, mientras cruzaban la calle, mi vecino estaba en el auto, se detuvo, mirando su celular. Arrancó el vehículo y no vio a Lucas, quien terminó siendo arrastrado desde la puerta de nuestra casa hasta la puerta de la casa del vecino”.

Marcielle describe que su hijo sufrió graves lesiones en el costado derecho, perdiendo parte de la oreja y el cuero cabelludo, además de sufrir un traumatismo craneoencefálico con pérdida de masa cerebral.

Fue trasladado a Campo Grande, donde fue sometido a una extensa cirugía. A pesar de las expectativas iniciales de los médicos, la madre de Lucas dice que los sorprendió a todos con su recuperación.

“Le dieron muy mal pronóstico, pero ahora, con seis años, es un niño sano e inteligente”.

Marcielle dice que la búsqueda de una prótesis capilar comenzó hace poco, cuando Lucas se puso triste después de escuchar a sus compañeros de escuela decir que era “calvo y feo”.

Lucas
ARCHIVO PERSONAL MARCIELLE MARTINS

“Nunca antes se había preocupado por su apariencia. Decidimos usar la prótesis para que se sintiera más seguro y con buena autoestima”.

La familia viajó en auto hasta Sao Paulo.

Junto a su madre, Lucas le dice a la BBC que le encantó su nuevo cabello y que se siente hermoso con su nuevo look.

Marcielle añade: “Fue emocionante verlo tan diferente tres años después del accidente y ver lo feliz que estaba con el resultado”.

Francisco dice que los niños suelen sonreír inmediatamente cuando les revela los resultados de las prótesis.

“Muchos niños relatan que suelen usar gorras para cubrir su cuero cabelludo, y cuando ven su nuevo cabello lo aceptan con mucha naturalidad y alegría. Aprendemos mucho de estos niños, de su fuerza y ​​alegría incluso después de haber pasado por episodios difíciles”.

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