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Incendios en el Amazonas: el Brasil “invisible” que lleva años sufriendo cielos oscuros y lluvia negra

El cielo oscuro en la tarde de este 19 de agosto atemorizó a los residentes de varias partes del estado de Sao Paulo.

Una de las principales razones del fenómeno, según los expertos, fue el aumento en el número de incendios en Brasil. Pero es una situación que se da con frecuencia en otras regiones del país.

“¿Cielo? Aquí no hay, solo tenemos humo”, dice el físico Artur Moret, investigador de la Fundación Universidad Federal de Rondonia. Vive en Porto Velho, capital de ese estado. “Cuando dejó de llover aquí, hace unos dos meses, comenzaron los incendios y el cielo empezó a verse así”, se lamentó, en una conversación con BBC News Brasil.

En otras capitales estatales como Cuiabá, Manaos y Río Branco, los días opacos se han vuelto comunes. También hay informes de cielos grises en ciudades de otros estados, como Corumbá. La causa principal, según los expertos, es el aumento de incendios en Brasil, que se intensifican entre julio y septiembre.

Arlesson Sicsú
Manaos también sufre por la frecuencia de los incendios.

Según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), 2019 ha sido el año con más focos de incendio en los últimos siete años.

El INPE ha registrado 74.100 focos de incendio en Brasil en lo que va del año. La cifra representa un aumento de 84% en comparación con el año pasado, cuando se registraron 40.100 focos entre enero y diciembre.

Los estados más afectados son Mato Grosso (14.000), Pará (9.818), Amazonas (7.150), Tocantins (5.776) y Rondonia (5.604). Los cinco forman parte de la zona selvática del Amazonas.

El cielo gris en estas ciudades se atribuye a una columna de humo que se alza en la región amazónica y por incendios en países vecinos, como Bolivia y Paraguay, según los expertos.

El hollín asociado con la baja humedad de este período del año provoca un aumento de casos de padecimientos respiratorios y otras enfermedades.

Los días opacos, que se han vuelto constantes en muchas ciudades brasileñas, son los efectos más visibles del problema.

“El cielo oscuro por la quema está presente principalmente en los estados del norte y medio oeste de Brasil, más allá del interior de Sao Paulo. Excepcionalmente, incluso las áreas del sur tienen oscurecimiento del cielo por la quema”, explica el meteorólogo Estael Sias, director de la empresa MetSul Meteorology.

Radymila Lopez
“¿Cielo? Aquí no hay, solo tenemos humo”, comenta irónicamente el físico Artur Moret, investigador de la Fundación Universidad Federal de Rondonia.

Días opacos

El físico Alexandre Correia, profesor de la Universidad de Sao Paulo (USP), explica que el hollín causado por los incendios podría abarcar todo Brasil. “El humo de los incendios no se limita a una localidad. Es transportado por el viento y se extiende sobre una gran área. Las regiones más afectadas dependen de cómo el viento dispersa el humo”, explica.

“En general, el humo llega a todas las regiones de Brasil en esta época del año, pero con diferente intensidad y varía diariamente según los vientos”, dice.

A través de imágenes satelitales se puede ver claramente la reducción en la intensidad de la luz solar que ilumina una región afectada por el humo espeso. “Este es cualitativamente el mismo efecto que se observa cuando hay niebla en una región: la luz solar no llega a la superficie, se refleja de vuelta al espacio o es absorbida por el humo”, dice Correia.

Las imágenes satelitales de la NASA de este mes muestran una densa capa de humo sobre los estados de Rondonia y Amazonas, causada por el aumento significativo de incendios en la región amazónica.

Agua oscura

La lluvia que cayó sobre Sao Paulo después de que la ciudad oscureciera por el humo del lunes fue una muestra, según los residentes, de las consecuencias de los incendios en Brasil: el agua que cayó en la región estaba oscura y olía a quemado.

Richardson Barbosa
Los efectos de los incendios son visibles en el cielo de Rondonia.

La lluvia contaminada fue recogida en botellas por varios residentes y enviada para su análisis. Según el portal G1, un análisis preliminar realizado por el Instituto de Química de la Universidad de Sao Paulo (USP) confirmó la presencia de sustancias colaterales del incendio en el agua lluvia.

“Es posible que parte del hollín (el nombre técnicamente correcto sería aerosol) de los incendios se distribuyera en las nubes y, por lo tanto, se precipitara junto con la lluvia”, dice el físico Alexandre Correia.

“Solo se puede confirmar con un análisis químico, pero la causa más probable es que la densa columna de humo que interactúa con las nubes de lluvia genera una precipitación oscura. Las estaciones de monitoreo no indicaron una mala calidad del aire, por lo que se descarta la contaminación tradicional. Los incendios de vegetación, según la literatura técnica, producen carbón negro, que probablemente se precipitó con la lluvia, generando el líquido oscuro que se ve en las redes sociales”, comentó el meteorólogo Estael Sias.

Preservación

Para los expertos, los efectos cada vez más visibles de los incendios apuntan al descuido en la preservación del medio ambiente. Para ellos, los efectos negativos empeorarán con el tiempo si no se adoptan políticas públicas de conservación.

“Además del efecto de cambiar la apariencia del cielo, es importante recordar otros efectos mucho más significativos, como el impacto en la salud de las personas en áreas afectadas por la quema y el humo. Estos efectos son significativos y causan un aumento de hospitalizaciones y mortalidad en un sector de la población, especialmente niños y ancianos “, resaltó Alexandre Correia.

Otro efecto importante es el impacto climático que pueden causar estas emisiones, como la emisión de gases de efecto invernadero causados ​​por los humanos, que contribuyen al calentamiento global”, agregó el físico.

Arlesson Sicsú
Manaos es una de las ciudades más afectadas por el aumento de la quema este año.

La política ambiental del presidente brasileño Jair Bolsonaro ha provocado un corte del Fondo Amazonas, una reserva de dinero donada internacionalmente para proyectos de preservación forestal, una medida muy criticada por los académicos.

Si no hay cambios en el área, dicen los expertos, los próximos años podrían ser aún peores.

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