Cuando el controvertido líder de 67 años llegó al Kremlin en 1999, nadie imaginaba que permanecería tanto tiempo en el poder.
BBC NEWS MUNDO
Vladimir Putin: cinco hitos que explican cómo el presidente de Rusia ha logrado mantenerse más de 20 años en el poder (y uno que podría convertirlo en el líder más longevo después de Stalin)
La Constitución rusa solo permite dos mandatos, pero Vladimir Putin lleva ya cuatro.
Pero, contra todo pronóstico, el 31 de diciembre del año pasado cumplió dos décadas gobernando –directa o indirectamente señalan los expertos- el país más grande del mundo.
A lo largo de su carrera política, el que fuera catalogado como el hombre más poderoso del mundo por la revista Forbes desde 2013 hasta 2016 ha construido una envidiable popularidad en su tierra.
Con firmeza, un relativo carisma y un discurso que causa molestias y controversias en el resto del mundo, se ha sabido ganar a un sector del pueblo ruso.
Pero hay grupos que desde hace años exigen un cambio.
“Los rusos más jóvenes, con mejor educación y que viven en grandes ciudades como Moscú y San Petersburgo ciertamente se oponen a que siga gobernando”, le dice a BBC Mundo Vladimir Gel’man, un expatriado ruso, profesor de política de su país en la Universidad de Helsinki.
“Pero, por otro lado, Putin cuenta con el apoyo de la gente mayor, menos educada y que hace vida en poblaciones periféricas”, agrega.
Más allá de cómo lo perciba la ciudadanía, ha habido una serie de decisiones y medidas que le han ayudado a seguir en el poder. Te las contamos.
1. Su sorpresiva llegada a la presidencia (1999)
Vladimir Vladímirovich Putin se convirtió en presidente de su país en 1999, tras la renuncia de su predecesor Boris Yeltsin y luego de una intensa competencia con otros potenciales sucesores del único mandatario que había tenido Rusia desde el derrumbe de la Unión Soviética.
El entonces desconocido exagente del KGB era el candidato perfecto por varias razones, señalan los expertos.
“Tenía una reputación de ser básicamente alguien que protegía a sus jefes. Cuando fue vicealcalde de Moscú, ayudó al entonces alcalde (Anatoly Sobchak) y lo puso en un avión antes de que lo arrestaran por cargos de corrupción”, le explica a BBC Mundo Mark Galeotti, académico del Instituto de Relaciones Internacionales de Praga y experto en delincuencia transnacional y asuntos de seguridad rusos.
“Putin era entonces un candidato relativamente joven, dinámico, pero, sobre todo, parecía ser una apuesta que sería leal“, prosigue.
Esa lealtad le garantizaba seguridad al presidente saliente y a su familia. Además, Putin era conocido por cumplir con todas sus promesas.
“Putin no perseguiría a Yeltsin ni intentaría encarcelarlo, tampoco lo culparía explícitamente por los fracasos de la década de 1990”, precisa Ben Noble, profesor de política rusa del University College de Londres (UCL).
Putin fue entonces electo. Pero su popularidad vino después y, según Noble, se debe principalmente a sus acciones durante de la segunda guerra chechena, en la que fue percibido por parte de la ciudadanía como un individuo fuerte que estaba “retomando el control” de Moscú sobre la República de Chechenia, y esto fue visto como un resurgimiento del poderío del Estado ruso.
Un segundo elemento que ayudó a Putin a consolidarse en el poder fue el aumento de los estándares de vida en Rusia.
“El crecimiento económico durante la década de 2000 fue el principal impulsor de la popularidad de Putin. Creo que, si por cualquier razón, Yeltsin y sus aliados hubieran elegido a otra persona, esta también se habría beneficiado de una alta popularidad gracias a la rápida recuperación económica tras de la recesión de la década de 1980″, sostiene Gel’man, de la Universidad de Helsinki.
2. El ‘affaire’ Khodorkovski y su claro mensaje a la oligarquía (2003)
Una de las razones por las que el Estado ruso no colapsó en la década de 1990 fue por la existencia de un acuerdo entre Yeltsin, sus aliados políticos y los oligarcas, subrayan los expertos.
Ambos bandos alcanzaron cierto equilibrio que permitía la coexistencia de que cada lado.
Pero al convertirse en presidente de la Federación, Putin anunció que ese trato se convertiría en cosa del pasado. El líder permitiría a los oligarcas conservar la riqueza que amasaron en los 90, pero ya no podrían involucrarse en cuestiones políticas, le cuenta a BBC Mundo Ben Noble.
“Para Putin, la política rusa estaba en sus manos”.
Sin embargo, Mijaíl Khodorkovski, el principal oligarca del país, no estaba de acuerdo con esta visión.
Khodorkovski era el hombre más pudiente de Rusia y uno de los más ricos del mundo, según la revista Forbes, pero gran parte de su poderío económico se evaporó de la noche a la mañana tras ser acusado por el gobierno de evasión de impuestos durante la década de los 90 y fraude.
“Putin y su círculo lo castigaron, en esencia, al arrestarlo y al confiscarle sus bienes, entre los cuales se encontraba Ioukos, que era entonces una de las compañías petroleras más grandes en todo el mundo”, asegura el experto del University College de Londres (UCL).
Noble explica que se trató de un momento importante que explica cómo el mandatario ha logrado estar en el poder durante tanto tiempo.
“El incidente de Khodorkovski se convirtió en una especie de vitrina que tuvo un efecto escalofriante sobre otros oligarcas que entendieron lo que podría pasarles si tomaban el mismo camino“.
3. Fin a la elección directa de gobernadores (2004)
En septiembre de 2004, un grupo de hombres y mujeres enmascarados, armados con cinturones explosivos, irrumpieron en la Escuela Número Uno de Beslán, en Osetia del Norte, abriendo fuego en el momento en que terminaba una ceremonia que marcaba el comienzo del año escolar.
Tomaron como rehenes a alrededor de 1.000 personas -entre alumnos y maestros- y tras más de 50 horas de secuestro, la operación culminó con 331 personas muertas, 186 de ellas niños.
Se trata de un evento que da continuidad a la segunda guerra chechena. Cuando Putin se convirtió en presidente su objetivo siempre fue el de mostrar una imagen de hombre fuerte que garantizaría el control de Moscú sobre la República de Chechenia.
Pero el incidente de Beslán fue un intento de desafiar ese control en la medida en que los actores paramilitares involucrados pedían independencia, secesión y el fin del control de Moscú en esa zona.
Según Noble, Putin lo vio como un ataque directo a su pretensión de ser un líder fuerte.
“También pensó que era una indicación de que aún no había hecho lo suficiente para centralizar el poder dentro de la Federación de Rusia de manera más amplia”, agrega.
“Por eso, utilizó el incidente en particular para poner fin a la elección directa de gobernadores en las regiones rusas”.
El profesor de política rusa estima que en ese momento Putin dejó de ser visto como un mandatario que tomaría a Rusia por el camino democrático y empezó a ser percibido como alguien con una visión poco democrática.
“Era él quien tenía que tener el control. No podía ser desafiado. Y si alguien se atrevía a desafiarlo, las cosas no iban a terminar muy bien para esa persona o para ese grupo”.
4. La “tandemocracia” Putin-Medvédev (2008)
La Constitución rusa de 1993 establece que un presidente solo puede desempeñar ese papel durante dos mandatos consecutivos. Era 2007 y el segundo periodo presidencial de Putin llegaba a su fin.
En diciembre de ese año, el líder presentó a Dmitri Medvédev como su sucesor de preferencia.
“La popularidad de Putin estaba por las nubes tras muchos años de crecimiento económico y un liderazgo que era considerado por muchos como exitoso”, recuerda Gel’man, de la Universidad de Helsinki.
Aun así, ante su anuncio, muchos pensaron que era el fin de la carrera política del “heredero de Yeltsin”.
Pero los expertos coinciden en que todo parece indicar que Putin tenía un plan.
“Fue una jugada de Putin que le permitió convertirse en primer ministro durante cuatro años mientras Medvedev estaba en la presidencia y volver a la presidencia en 2012”, dice Noble, profesor de política rusa del UCL.
“Fue el comienzo de lo que se denominó el período de la tandemocracia en Rusia: Putin mantuvo el control del país, pero al menos formalmente Medvédev era el presidente”.
Sin embargo, el experto remarca que no todo fue tan simple. “Hay evidencia que sugiere que Medvédev intentó ganar el control en ciertas áreas. Tenía proyectos de reformas”.
“No es el típico cuento de que Medvédev estaba obedeciendo a Putin todo el tiempo. Hay casos notables durante ese período de desacuerdos entre ambos, lo que nos da una imagen ligeramente más compleja y matizada de ese período”, subraya.
La sociedad rusa aceptó a Medvédev. Pero para Gel’man, si Putin hubiera propuesto a alguien más, esta persona también habría sido aceptada por los rusos, pues Putin gozaba con el apoyo popular en ese entonces.
5. Reformas a la Constitución (2008)
En noviembre de 2008, el recién electo presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, propuso tres enmiendas constitucionales, entre ellas la del artículo 81, que aumentaría el mandato presidencial de cuatro a seis años, y la del artículo 93, que ampliaría la legislatura de la Duma (cámara de diputados) de cuatro a cinco años.
Una última propuesta le exigía al Gabinete de Ministros rendir cuentas anualmente al Legislativo.
Las tres fueron aprobadas posteriormente por la Duma y el Senado.
“Para Putin fue genial, porque oficialmente esto lo propuso Medvédev, no él”, juzga Gel’man.
Estos cambios le darían la oportunidad al actual presidente de Rusia de estar al frente del país por 12 años, en lugar de ocho.
“Putin estaba en la sombra, pero se convirtió en el mayor beneficiario de esa movida”.
El voto que le permitiría gobernar hasta 2036
En enero de 2020, Vladimir Putin propuso realizar una votación popular para enmendar la Constitución.
La primera fase del referéndum comenzó el pasado jueves y las urnas cerrarán este miércoles 1 de julio.
Si sale adelante, una de las principales enmiendas le dará la posibilidad al líder de volverse a postular para otros dos períodos presidenciales.
De hacerlo, podría llegar a estar 36 años en el poder y convertirse en la persona que más tiempo ha estado al frente de Rusia, superando al exjefe soviético José Stalin, quien gobernó durante casi tres décadas.
Pero ¿quiere Putin realmente gobernar hasta 2036?
Ben Noble asegura que en realidad nadie sabe: “Tal vez ni siquiera Putin lo sabe”.
“Lo que sí sabemos es que Putin apoya la enmienda que fue formalmente propuesta por Valentina Tereshkova, porque espera que brinde algún tipo de solución provisional, algún tipo de respuesta al problema de 2024”.
Por su parte, Vladimir Gel’man no ve muchas razones para que Putin no se presente como candidato.
En lo que sí están de acuerdo la mayoría de los expertos es que es “muy probable” que las enmiendas a la Constitución de 1993 sean aplicadas.