La canciller de Colombia, María Ángela Holguín, y de Venezuela, Delcy Rodríguez, se reencontraron en Quito a instancias de Ecuador y Uruguay.
A la llegada al Palacio de Najas, sede de la diplomacia ecuatoriana, Holguín expresó “su mejor ánimo para iniciar la reunión”.
A su turno, Rodríguez afirmó: “venimos a una reunión muy importante para crear condiciones para la reunión de los presidentes Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro (…) Estamos con el mejor de los ánimos”.
Ecuador y Uruguay acompañan la reunión como presidentes pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), respectivamente.
El 26 de agosto, Holguín y Rodríguez hablaron en el puerto caribeño de Cartagena de Indias, pero no lograron una salida a la crisis que había estallado siete días atrás.
“Si de aquí podemos salir con una fecha y un lugar para la reunión de los presidentes, fantástico, si no, no debemos desesperarnos. Es posible que necesitemos alguna otra reunión”, comentó el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño.
Su par uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, también confió en un rápido entendimiento entre los dos países.
“Venimos con el mejor ánimo para ayudar a que pueda haber un entendimiento entre ambos. Vamos a trabajar con la mejor disposición”, sostuvo Nin Novoa.
Dispuestos a verse las caras
Colombia y Venezuela, que comparten una frontera de dos mil 219 km, apuntan con este encuentro en Quito a definir la fecha y sede de una esperada cita de los presidentes Santos y Maduro.
Los mandatarios han intercambiado fuertes declaraciones al calor de la crisis, pero aún así han manifestado por separado su intención de verse las caras y resolver las diferencias.
Maduro ordenó el cierre parcial de la frontera tras un ataque a militares venezolanos que dejó tres uniformados heridos, una agresión que el gobernante socialista atribuyó a “paramilitares colombianos”.
Desde entonces han sido deportados mil 482 colombianos y casi 20 mil han retornado por miedo a ser expulsados, según las últimas cifras de la ONU.
Mientras Venezuela defiende la medida fronteriza como parte de una ofensiva para limpiar la frontera de paramilitares y contrabandistas, el gobierno de Santos ha denunciado un drama humanitario por la arbitrariedad con la que, según sus autoridades, han actuado los militares venezolanos.
El encuentro de cancilleres de este sábado fue gestionado directamente por el ministro Patiño, quien el miércoles viajó a Caracas y Bogotá para invitar al diálogo a los dos países.
El jueves, tras confirmarse la cita, Maduro extendió la mano a su colega colombiano: “presidente Santos, por qué usted y yo no aplicamos un poco de sabiduría popular y nos sentamos cara a cara pronto, pronto”.
De su lado, Santos se ha mostrado proclive a un diálogo directo, “serio y respetuoso” bajo las condiciones de que “nunca más se vuelvan a violar los derechos humanos de los colombianos”, y los deportados puedan regresar por sus pertenencias.
Venezuela actúa como garante del proceso de paz que lleva a cabo desde hace casi tres años el gobierno de Santos con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, marxistas) en La Habana.
Venezuela deporta a Colombianos.