Según las autoridades, la Policía estaba llevando a cabo una operación contra el tráfico de drogas y el robo de vehículos en el denominado Morro de Chapadao, favela ubicada en la zona norte de Río de Janeiro.
Tras el incidente, unas veinte personas descendieron de la favela y prendieron fuego a los autobuses.
Más temprano el lunes, tres autos habían sido quemados en la favela del Alemao, también en Rio, en respuesta a la muerte de una mujer de 72 años, Arlinda Becerra de Assis, en circunstancias aún no determinadas.
Estos hechos ocurren pocos días después de violentos disturbios en la zona turística de Copacabana tras la muerte de un joven bailarín en la favela Pavao – Pavaozinho, muy cerca de este barrio considerado una postal de Río y de Brasil.
Seis policías que participaron en una operación en la zona donde murió el joven hace casi una semana, reconocieron haber disparado. Aún debe determinarse si la bala que lo mató era policial o de narcotraficantes, dijeron las autoridades.
Diversos hechos de violencia han afectado las favelas cariocas en las últimas semanas. Se han registrado una serie de ataques atribuidos a narcotraficantes contras las UPP (Unidad de Policía Pacificadora), con el fin de recuperar el terreno que antes dominaban.
Desde el 2008, el gobierno de Río instalado 39 UPP en 174 favelas de la ciudad, con el fin de restaurar el orden y arrebatar el control a los narcotraficantes. A fines de marzo, tropas ocuparon la inmensa favela de Maré, cerca del aeropuerto internacional. La seguridad quedó a cargo de los militares.
Unos 150 mil policías y militares y unos 20 mil agentes privados se movilizarán en Brasil durante la Copa del Mundo (12 de junio al 6 de julio).
La seguridad del estadio estará a cargo de los agentes privados mientras que la Policía se desplazara tanto dentro como afuera para intervenir en circunstancias extremas.
Río será sede de siete partidos del torneo, como la final en el mítico estadio Maracaná.