Quintero fue extraditado a México, donde lo condenaron a 40 años en prisión, pero a 28 años de estar encarcelado, el Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito del Estado de Jalisco decidió ponerlo en libertad, el 8 de agosto de 2013.
Luego de su liberación, Quintero buscó retomar el negocio del narcotráfico, pero Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cartel de Sinaloa e Ismael “El Mayo” Zambada”, brazo armado de la organización criminal le recomendaron no volver al negocio, ya que no le correspondía nuevamente el liderazgo.
Según los reportes, Quintero sostuvo reuniones con “El Chapo” para pedir una reincorporación al Cartel, pero Guzmán le sugirió de forma “amistosa” que ya no debía volver.
“El Mayo”, por su parte, le ofreció a Quintero protección y seguridad en un alejado pueblo para que pudiera vivir tranquilamente de su retiro.
Sin embargo, Caro Quintero no accedió, ya que decía que por derecho de antigüedad podía formar parte del Cartel de Sinaloa, sin pedir permiso a los que algunas vez fueron sus subordinados en el extinto Cartel de Guadalajara.
Fue así que, en estas reuniones junto a otros “colegas” importantes del narcotráfico, se llegó a un acuerdo, según la revista Proceso: Quintero no volvería al negocio del narcotráfico, debido a que los tiempos habían cambiado y ya no le correspondía algún puesto de autoridad y se mantendría la paz entre narcotraficantes.
Es así que desapareció a semanas de su liberación. Incluso Quintero había dado entrevistas a los medios donde decía que “iba a llevar de ahora en adelante una vida tranquila“.
Sin embargo, lo que pocos sabían era que “El Narco de Narcos” dedicó la mayor parte de su tiempo en libertad a reconstruir su organización criminal, con un objetivo claro: retomar el poder del narcotráfico y eliminar a quienes se interfirieran en su camino.
De entre las personas que debía eliminar se encontraba “El Chapo Guzmán”, líder del Cartel de Sinaloa y quien, décadas atrás, era su subordinado.
Además, “El Chapo” tenía en su poder el denominado “Triangulo Dorado”, un área importante para el narcotráfico conformado por los estados de Durango, Chihuahua y Sinaloa.
Reconstruir el cártel
Para lograr tumbar el poderío de “El Chapo”, Quintero se reunió con integrantes de Los Zetas, el Cartel de Jalisco Nueva Generación y el Cártel de los Beltrán Leyva.
El objetivo era claro: recuperar el “Triangulo Dorado” y derrocar el poder de “El Chapo”.
Quintero también se reunió con sus familiares Juan Pablo y Said Emilio Quintero Navidad; y Jesús Salas Aguayo, el Chuyín para crear la nueva organización criminal llamada El Cartel de Caborca, junto con La Barredora 24/7, su brazo armado.
Fue así que Quintero se enfrentó a Guzmán y Zambada, quienes no solo debían enfrentarlo a él y a su nueva organización criminal, sino también defenderse de los agentes federales que buscaban capturarlos.
A pesar de que “El Chapo” fue capturado en Mazatlán, la lucha entre los dos cárteles continuó, ya que Quintero dirigió sus hostigamientos a los hijos de Guzmán, los herederos del Cartel de Sinaloa.