La mayoría de la población ha huido, y el 70 por ciento de la localidad ha quedado “arrasada”, añadieron las fuentes.
Desde mayo del pasado año, Nigeria mantiene una ofensiva antiterrorista en los estados de Yobe, Borno y Adamawa, en el noreste del país (todos ellos bajo estado de emergencia) , aunque los ataques integristas continúan.
Boko Haram, cuyo nombre significa en lenguas locales “la educación no islámica es pecado”, lucha por imponer la Sharía o Ley Islámica en el país africano, de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde 2009, cuando la Policía acabó con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de tres mil muertos, según cifras del Ejército nigeriano.
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