El Banco de Chile confirmó que a la reunión -previa al triunfo electoral de Bachelet- asistió el marido de la empresaria e hijo de la mandataria, Sebastián Dávalos, quien actualmente ocupa el cargo de director de la obra social de la Presidencia, tradicionalmente asumido por la primera dama.
La derecha opositora acusa a Dávalos de “tráfico de influencias” y pidió su renuncia, mientras que el gobierno negó cualquier irregularidad y aseguró que el crédito otorgado a Compagnon se trató de un contrato “entre privados”, sin ninguna relación con la mandataria.
La presidenta Bachelet se encuentra de vacaciones en pleno verano austral.
El portavoz del gobierno, José Antonio Gómez, anunció que Dávalos dará a conocer una declaración de intereses para esclarecer la situación. Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, enfatizó el martes el compromiso del ejecutivo con la “transparencia”.
La polémica, ampliamente cubierta en los medios locales, se da en medio de una investigación judicial por financiamiento irregular de los principales partidos de derecha chilenos, que registran los niveles más altos de rechazo en los últimos años, según varios sondeos.
No existe, por el momento, ninguna investigación o acción judicial en el caso de Dávalos y su mujer.