Jingye alertó las consecuencias que podría acarrear para el país insistir en la apertura de una investigación sobre el virus, “si esto va a ir a peor, la gente va a plantearse si vale la pena acudir a un país que no es tan amble con China como parece”, dijo.
En una entrevista otorgada al diario local The Australian Financial Rewiew, el embajador chino también dijo que llamaría a un boicot de productos australianos como el vino.
Las reacciones del funcionario se deben a que el primer ministro australiano, Scott Morrison, se posicionara a favor de abrir una investigación independiente a nivel internacional sobre el origen del coronavirus en China y cómo este país respondió a la emergencia sanitaria.
Tanto China como la Organización Mundial de la Salud (OMS) están siendo sometidos a un gran escrutinio por parte de la comunidad internacional por su gestión ante la pandemia, que registró el primer caso el 31 de diciembre de 2010 y que lleva más de tres millones de infectados en el mundo.