Para hacer esta investigación, en la que también ha participado la Universidad Católica San Antonio de Murcia, se ha eliminado una porción de la proteína WRN en células madre embrionarias.
Trabajos vinculados
Trabajos previos habían demostrado el papel de esta proteína en el mantenimiento de ADN y los telómeros —regiones de ADN localizadas en los extremos de los cromosomas y también vinculadas al envejecimiento—.
Por primera vez, científicos del Instituto Salk de California y de la Academia de Ciencias China, han constatado una nueva función para esta proteína, su participación en el mantenimiento de la heterocromatina.
Según este trabajo, publicado en la revista Science, cuando la citada proteína está mutada, el mantenimiento de la heterocromatina no funciona bien y si no funciona esta región se altera.
“Hemos descubierto que la proteína WRN participa en el mantenimiento de la heterocromatina, asociada a la regulación de la expresión génica“, explicó Juan Carlos Izpisua, del Instituto Salk y uno de los firmantes de este trabajo.
La mutación genética
“Nuestros resultados muestran que la mutación genética que causa el síndrome de Werner es resultado de una desorganización de la heterocromatina y estas alteraciones del normal compactado del ADN constituyen un motor esencial en el envejecimiento“, indicó este investigador en una nota de prensa del Instituto Salk.
Izpisua detalló que el papel en el envejecimiento de las alteraciones en la heterocromatina no solo es importante en el síndrome Werner: “estudiando células jóvenes y mayores, hemos observado que durante el envejecimiento de una persona sana, las mismas alteraciones en la heterocromatina desempeñan un papel activo en el proceso de envejecimiento.”
“Esto tiene implicaciones más allá del síndrome de Werner, ya que se identifica un mecanismo central de envejecimiento —desorganización de la heterocromatina—, que se ha demostrado puede ser reversible.”