De acuerdo con la investigación de la policía, la droga provenía de Colombia y su destino final era llegar al País Vasco, el lugar en el que se realizaría la distribución de la sustancia. Para lograr su objetivo, los narcotraficantes camuflaron la cocaína a través de un proceso químico que permitía cambiar el color y el olor de la droga para que pareciera ser carbón.
La investigación sobre esta red de narcotráfico comenzó a inicios de 2020, explicaron los representantes de la policía española y portuguesa en una conferencia de prensa brindada el 1 de junio. Las autoridades empezaron a investigar las inconsistencias de una red de empresas que importaba productos sospechosos por vía marítima. Como fruto de la investigación, la policía portuguesa revisó sus contendedores y descubrió que transportaban cocaína.
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Las autoridades españolas explicaron en un comunicado que el método utilizado para disfrazar la droga dificultó que los perros detectores de droga lograran identificar correctamente la sustancia. De 1 mil 364 sacos de carbón incautados, únicamente 30 contenían “carbón de cocaína”.
Javier Izquierdo, delegado del Gobierno de Castilla y León, nombró a este operativo como “Operación Carvao” y expresó que la operación demuestra “la importancia de la colaboración entre los cuerpos de policía de distintos países.