Internacional

Crematorios de la ciudad de México están saturados por las víctimas fatales del covid-19

Más de 24 horas tienen que esperar los cuerpos de las víctimas para ser cremados o ser enviados a otras ciudades reportó Infobaae.

Trabajadores del Panteón de San Nicolás Tolentino, en la Alcaldía de Iztapalapa en Ciudad de México, trasladan a la zona de crematorios el cuerpo de una persona fallecida debido a la pandemia del COVID-19. México superó ayer el millar de muertos de COVID-19, con 1.069 defunciones y llegó a 11.633 contagios acumulados, un 10,6 % más frente a los 10.544 del reporte previo, informaron las autoridades sanitarias del país. (Foto Prensa Libre: EFE)

Trabajadores del Panteón de San Nicolás Tolentino, en la Alcaldía de Iztapalapa en Ciudad de México, trasladan a la zona de crematorios el cuerpo de una persona fallecida debido a la pandemia del COVID-19. México superó ayer el millar de muertos de COVID-19, con 1.069 defunciones y llegó a 11.633 contagios acumulados, un 10,6 % más frente a los 10.544 del reporte previo, informaron las autoridades sanitarias del país. (Foto Prensa Libre: EFE)

La ciudad de México es el lugar en el que se registran más contagios y muertes por el covid-19, se reportan ocho mil 705 casos y 729 fallecimientos. Además de los hospitales, los servicios funerarios son los que más resienten el rápido aumento en esas cifras.

Encargados de diferentes funerarias capitalinas advirtieron que los hornos crematorios de la ciudad “están saturados” por los muertos del nuevo coronavirus. Agregaron que, para ser cremado, un cuerpo puede llegar a esperar turnos de más de 24 horas, o también empiezan a optar por enviarlos al Estado de México.

“Todo está saturado, no hay horarios para cremar. En general todas las funerarias llevamos un desfase de uno, dos o hasta tres días, porque los horarios ya están saturados”, declaró a Milenio Javier Rodríguez, de Funerales Juárez, aledaño al Hospital Juárez de México.

Agregó: “Tenemos la necesidad de ir a cremar más lejos: Acolman, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec y Tultitlán, porque aquí los hornos de ciudad de México, públicos y privados están saturados”.

Uno de los crematorios con mayor demanda es el ubicado en Palo Alto, Cuajimalpa. Los dos hornos con los que ahí cuentan operan las 24 horas y en estos días, en plena Fase 3 del covid-19 en el país, llegan a realizar hasta 40 servicios diarios.

El coordinador de Panteones en Cuajimalpa, Raúl Peñaloza, aceptó que Palo Alto está operando en su máxima capacidad: “Estamos saturados, ¿por qué?, porque ellos (juzgados y funerarias) no se programan, sacan su orden de cremación e inmediatamente vienen aquí”.

Además, sumado a que en las funerarias sostienen que el servicio avanza lento, los hornos requieren de mantenimiento y refacciones. Milenio reporta haber visitado Palo Alto y constatado la operación, así como el humo negro que sale por las chimeneas, lo que genera molestia y quejas vecinales, por lo que instalaron filtros.

Al respecto, los trabajadores indicaron que los cuerpos les llegan en bolsas negras y al meterlos lanzan humo negro por 10 minutos, pero después se normaliza el servicio, a pesar de que laboran a marchas forzadas.

El diario Reforma ya había reportado que funerarias en el oriente del Valle de México alertaron que ya tenían sus servicios saturados a causa de personas que murieron por covid-19 o son sospechosos de haber portado la enfermedad.

En los municipios como Los Reyes, La Paz, Chicoloapan y Chalco hay alrededor de 30 funerarias, pero solamente en tres de ellas cuentan con el servicio activo de cremación.

David Licona, representante de la asociación de funerarias de Nezahualcóyotl, reveló a ese medio que solamente uno de los crematorios es público y se encuentra en el Panteón Municipal de la entidad. El otro par son de servicios privados, pero no dan servicio a todas las funerarias.

Licona detalló, además, que ocho de cada 10 servicios para los que son requeridos, se refieren a pacientes con una muerte a causa del coronavirus. Esto provoca que los tiempos de espera sean de hasta dos o tres días después del fallecimiento; es decir, los hospitales llegan a guardar los cuerpos por más de 48 horas.

ESCRITO POR: