Eij fue diágnosticado con tumor cerebral y comenzó a mostrar dificultad para caminar y hablar.
Uno de los últimos deseos de Eij fue hacer una última visita a sus compañeros de trabajo y a los animales que cuidó.
Varias jirafas sintieron curiosidad cuando Eijs fue llevado hasta el encierro de los rumiantes el 19 de marzo pasado.
“Después de muchos olfateos, Eijs recibió un lengüetazo en la nariz”, dijo en un comunicado Olaf Exoo, colaborador de la fundación.
Agregó que “fue un último saludo que se dieron ambos y nos estremeció a todos los que lo vimos”.
La fundación Stichting Ambulance Wens ofrece transportación gratuita a pacientes en fase terminal.