La historia comenzó el lunes pasado cuando una pareja se presentó en una comisaría del barrio La Esmeralda, en el noreste de la capital provincial, y denunció la desaparición de sus tres hijos, quienes habían quedado al cuidado de su abuela y no habían regresado a su vivienda.
Durante la conversación, los padres facilitaron a la Policía el nombre de un policía del que sospechaban y no descartaron que los niños se encontraran en la vivienda del agente.
Al trasladarse los uniformados a la vivienda, encontraron a dos de los hijos de la pareja, dos menores de siete y diez años, que estaban al cuidado de la mujer del policía.
La Policía encontró asimismo en otro allanamiento a la tercera hija, cuando la pareja que ocupaba la vivienda confesó que “un policía le había vendido por tres mil pesos la niña de dos años”, según la fuente.
Paradójicamente, la transacción se realizó frente a la Basílica de Guadalupe, un lugar de profundo significado religioso para los santafesinos.
La justicia ordenó que los menores quedaran bajo la tutela de las autoridades.