Laborín, de 52 años, fue detenida el lunes en la ciudad de Hermosillo, Sonora, junto con Alán Contreras, otro operador del cartel de los Beltrán Leyva, dijo en un mensaje a la prensa Omar Garcia Harfuch, titular de la división de investigación de la Policía Federal.
Laborín es “identificada como quien encabezaba las operaciones de una célula delictiva con presencia en el estado de Sonora (…) y de coordinar a grupos afines que operan en Acapulco”, dijo García Harfuch.
Los detenidos son señalados como los “principales generadores de la violencia” que sacude a Acapulco, popular balneario del estado de Guerrero considerada como la ciudad más violenta de México y donde también actúa el Cartel Independiente de Acapulco (CIDA), rival de los Beltrán Leyva.
Laborín y Contreras, su principal operador, fueron localizados luego de que en el último año se realizaran varios allanamientos y se detuvieran a varios sujetos en Guerrero, añadió García Harfuch.
Un funcionario del gobierno federal que pidió no ser identificado por no estar autorizado a declarar, comentó que Contreras era el enlace entre Laborín y las células que operan en Guerrero, incluida una banda de Acapulco llamada Los Rusos.
La esposa de Héctor Beltrán Leyva fue secuestrada por un grupo antagónico el 13 de abril del 2010 afuera de una de sus casas de Hermosillo, Sonora, y la liberaron 13 días después dejándola atada de pies y manos con un mensaje que decía que la liberaban viva para demostrarle al capo que a la familia no se toca, un código entre narcotraficantes.
En el 2009 el departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a Laborín y a otras 21 personas por sus supuestos vínculos con la organización de los Beltrán Leyva.
Mujeres en el poder criminal
El cartel de los hermanos Beltrán Leyva, originarios del estado de Sinaloa, llegó a ser una de las organizaciones delictivas más poderosas de México.
Pero empezó a perder fuerza a medida que cayeron los Beltrán Leyva: Alfredo, El Mochomo, fue detenido en enero del 2008; Arturo, apodado El jefe de jefes, fue abatido por militares en diciembre del 2009; y Héctor fue capturado en octubre del 2014.
Para Mike Vigil, exdirector de operaciones internacionales de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) , la captura de Laborín es “muy significativa” ya que la mujer “participaba de manera importante en el cartel” de los Beltrán Leyva: se encargaba de la logística, era la principal lavadora de dinero y sobornaba a políticos a cambio de protección.
“Se ganó un lugar por derecho propio y era muy respetaba en el cartel”, dijo Vigil al destacar que un mayor número de mujeres están escalando posiciones en los grupos criminales y que se caracterizan por ser “extremadamente despiadadas y muy inteligentes”.
“De otra forma, los hombres no les hacen caso y son muy inteligentes porque se involucran en las actividades más sofisticadas de los cárteles, como el lavado de dinero, la logística, la corrupción de funcionarios”, añade Vigil al destacar que la belleza también es un factor clave porque les permite involucrarse con políticos y corromperlos.
Según medios locales, Laborín, a la que apodarían La Señora, habría participado años atrás en un certamen de belleza en su natal Sonora.
En el cartel de los Arellano Félix, también integrado por varios hermanos, se vivió un caso similar cuando tras la captura de los varones y de su hijo, la hermana Enedina asumió el mando del grupo criminal, añadió Vigil.
En opinión del experto, los Beltrán Leyva tienen el “potencial” para recuperar la fuerza perdida y a ello podría contribuir la alianza que establecieron con el cartel Jalisco Nueva Generación tras la captura y extradición de Alfredo.
Esta detención desató la ruptura entre los Beltrán Leyva y Joaquín El Chapo Guzmán, el recapturado jefe del cartel de Sinaloa cuyo mayor rival es ahora Jalisco Nueva Generación.