Cuando los agentes acudieron al domicilio detectaron que la pareja, de 28 y 26 años, estaba “bajo la influencia del alcohol” y descubrieron una nota que había dejado un familiar diciendo que se llevaban a la niña porque era incapaz de “despertar” a los padres.
Estando allí descubrieron en torno a siete pitones birmanas, veinte serpientes variadas, unos cien lagartos, otras tantas ratas y ratones, además de conejos, hámsters, erizos, ardillas y diversos tipos de pájaros.
Según el informe policial, los animales se encontraban, dentro y fuera de la vivienda, en “condiciones deplorables” y estaban siendo criados y vendidos sin las correspondientes licencias.
La pareja ha sido detenida y acusada de maltrato infantil y crueldad animal. Algunos de los animales estaban muertos y habían sido “parcialmente consumidos” por otros.