Aún no se ha localizado la verdadera reliquia del papa, por lo que continúan la búsqueda.
Los detenidos, de 23 y 24 años, confesaron el robo del relicario y de la cruz de la iglesia, que también ha sido hallada, según añadieron fuentes policiales, que no dieron más detalles sobre el caso.
El presidente de la asociación San Pietro della Ienca, Pasquale Corriere, responsable del santuario del que desapareció la reliquia, explicó a los medios italianos que falta aún el trozo de tela pero que confían en poder encontrarlo.
El fiscal de LAquila David Mancini ha ordenado un nuevo interrogatorio a los dos detenidos para que confiesen dónde se encuentra la reliquia.
Precisamente este jueves llegó el llamamiento del histórico secretario de Juan Pablo II, el cardenal polaco Stanislaw Dziwisz, para que los ladrones restituyeran la reliquia antes de la canonización del Pontífice prevista para el próximo 27 de abril.
En 2011, Dziwisz entregó a la comunidad de Los Abruzzos esta reliquia como “una muestra de su amor hacia la montaña“.
Juan Pablo II se encontraba muy unido a la zona donde se erige el pequeño santuario donde se ha cometido el robo, al encontrarse muy cerca de la montaña de Gran Sasso, cerca de los Apeninos, donde el Papa Woytila acudía con cierta frecuencia a pasear, meditar e incluso esquiar.
En un primer momento se barajó la posibilidad de que se tratase de un robo para realizar algún rito satánico, pero posteriormente se ha pensado en la posibilidad de que se trate de un robo vinculado a un coleccionista.