Internacional

Argentino Jorge Mario Bergoglio es el papa Francisco

El argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió contra todo pronóstico el miércoles en el primer papa latinoamericano, y eligió el nombre de Francisco, nunca usado hasta ahora por un pontífice, en el inicio de una nueva era para la Iglesia católica.

Papa Francisco I en su primera aparición pública. (Foto Prensa Libre: EFE)

Papa Francisco I en su primera aparición pública. (Foto Prensa Libre: EFE)

CIUDAD DEL VATICANO – Todos los líderes latinoamericanos, así como los Estados Unidos y la Unión Europea  (UE) , saludaron esta inesperada elección, que marca también una página de la historia americana.

En su primera aparición en el balcón de la basílica de San Pedro, ante decenas de miles de fieles enfervorizados, el nuevo Papa bromeó tímidamente sobre el hecho de que los cardenales lo hubieran ido a buscar “al fin del mundo” , después de trece siglos de papas europeos.

Ya más en serio, el que también es el primer pontífice jesuita instó a los católicos a “emprender un camino de fraternidad, de amor”  y “de evangelización” , en un momento de importantes desafíos para una Iglesia de 1.200 millones de fieles, más del 40% de los cuales vive en América Latina, donde se ve sin embargo desafiada por las iglesias pentecostales.

Vestido con su nueva sotana blanca y con una cruz de madera en el pecho, Francisco, de 76 años, también rindió tributo a su predecesor, Benedicto XVI, que renunció al cargo el pasado 28 de febrero, y con el que tendrá que convivir en el Vaticano.

Antes de impartir su bendición urbi et orbi  (a la ciudad y al mundo) , este hijo de un trabajador ferroviario de origen italiano y un ama de casa pidió a los fieles, turistas y curiosos presentes un “minuto de silencio”  para orar por él. Fue un gesto sorprendente, casi una revolución para el líder de la Iglesia.

La misa de entronización de Francisco tendrá lugar el próximo martes 19, día de San José, apenas días antes del inicio de la Semana Santa, y a ella deberían asistir numerosos mandatarios.

VIDEO – El momento de la fumata blanca

Lluvia de felicitaciones

Su primer viaje importante debería ser a Brasil, el país con el mayor número de católicos del mundo, para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud  (JMJ) que se llevará a cabo en Rio de Janeiro en julio.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, felicitó a Bergoglio, y dijo que los fieles aguardan con expectativa la llegada del nuevo primado de la Iglesia católica.

Bergoglio figuraba en las apuestas muy por detrás de los principales favoritos, entre ellos el brasileño Odilo Scherer.

Entre la lluvia de felicitaciones destacan la de los reyes de España, un país que junto a Portugal introdujo el catolicismo en América a partir de fines de fines del siglo XV.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se sumó rápidamente a la ola de entusiasmo.

“Su elección atestigua la fortaleza y vitalidad de una región que está crecientemente moldeando nuestro mundo” , dijo Obama en un comunicado.

FOTOGALERÍA – Júbilo a nivel mundial


Conservador en temas de doctrina, progresista en materia social

Primado de Argentina, Jorge Bergoglio goza de gran prestigio por sus dotes intelectuales. Los expertos le consideran “un conservador a nivel de la doctrina”  y progresista en materia social”.

Cardenal de vida austera, no posee automóvil y es un crítico de la globalización. Sin duda escogió su nombre de Papa, nunca antes utilizado, inspirándose en la vida sencilla y entregada a los pobres de San Francisco de Asís.

“Lo debe haber elegido por la pobreza, él siempre fue un gran admirador de Francisco de Asís”, explicó a la televisión argentina su ex vocero, Guillermo Marcó.

Pero su actuación durante los años negros de la dictadura militar argentina (1976-83) suscita controversias por sus esfuerzos por mantener a los jesuitas alejados de la tormenta política.

Nunca un jesuita había estado a cargo de la Iglesia antes de Bergoglio, que fue elegido en el segundo día de cónclave, al lograr al menos los dos tercios de los votos necesarios, en la quinta ronda de votación.

Una columna de humo grisáceo que rápidamente se volvió blanco anunció al mundo la elección del papa, escasos minutos después de las 18H00 GMT. Tras unos segundos de incertidumbre, las campanas de la basílica confirmaron la noticia antes una muchedumbre que, armada con banderas y paraguas, gritaba ” Viva el Papa”, ” Viva el Papa”.

INFOGRAFÍA – Las insignias del papado

Si identidad tardó más de una hora en revelarse, y fue una sorpresa puesto que el cardenal argentino no figuraba en ningún pronóstico, a pesar de que en el cónclave de hace ocho años ya fue al parecer el gran rival de Benedicto XVI, según contaron varios vaticanistas.

Con esta elección concluyen cuatro agitadas semanas en la historia moderna de la Iglesia después de la renuncia inesperada de Benedicto XVI, alegando ” falta de fuerzas”, un hecho sin precedentes en los últimos siete siglos.

El nuevo pontífice, que no pertenece al polémico engranaje vaticano, deberá responder a los escándalos que estallaron durante el último pontificado, como el de los abusos sexuales a menores o el caso ” VatiLeaks” de filtración de documentos confidenciales del pontífice que terminaron por revelar una trama de abuso de poder en la Curia, el gobierno central del Vaticano.

SEMBLANZA – Como todos los argentinos, aficionado al futbol

Esta crisis con múltiples aristas podría llevarle a adoptar reformas, simplificar estructuras, introducir nuevas maneras de tomar decisiones en forma colegial y sobre todo hacer limpieza las finanzas e imponer transparencia en la gestión del Instituto de Obras de Religión  (IOR) , el banco del Vaticano.

A estos problemas se suma una pérdida de influencia de la Iglesia debido a la disminución de fieles y a las críticas de una parte de los católicos por hacer oídos sordos a la evolución del mundo moderno en temas como el celibato de los curas, el papel de la mujer en la Iglesia y la sexualidad.

Antes de instalarse en el palacio apostólico, su nueva residencia oficial, el nuevo papa pasará una noche más en la Casa Santa Marta, donde los 115 cardenales se alojaron durante el cónclave.

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