Tal y como estaba previsto, el módulo de descenso aterrizó en las estepas de la centroasiática Kazajistán a las 04.26 GMT, pocas horas después de separarse del ingenio orbital.
Doce helicópteros Mi-8, cuatro aviones, una veintena de todoterrenos y cerca de 200 militares participaron en las labores de seguimiento del descenso de la cápsula y luego en la evacuación de sus tripulantes, informó Roscosmos, la agencia espacial rusa.
Inicialmente se anunció que los viajeros espaciales saldrían por su propio pie de la nave, en un simulacro de lo que podría ser un desembarco en Marte.
Sin embargo, los tres ocupantes del módulo de descenso fueron asistidos para bajar a tierra, como pudo observarse en las imágenes de televisión transmitidas desde el lugar del aterrizaje.
“Me siento muy bien. Un buen baño ruso y puedo volver a volar al espacio” , dijo sonriente Kornienko ante las cámaras, cuando era acomodado en la butaca en la que fue trasladado, al igual que sus compañeros de misión, a una enfermería habilitada en la estepa para pasar los primeros reconocimiento médicos.
Un portavoz del Centro de Control de Vuelos Espaciales confirmó a la agencia oficial rusa RIA Nóvosti que el estado de salud de los tres tripulantes de la Soyuz es “satisfactorio” .
Desde el lugar del aterrizaje, los cosmonautas fueron trasladados a la ciudad kazaja de Zheskazgán, desde donde Kornienko y Volkov volarán a la Ciudad de la Estrellas, en las afueras de Moscú, y Kelly, de regreso a Estados Unidos.
El astronauta de la Nasa es el primer estadounidense que realiza un vuelo espacial de tanta duración.
El récord absoluto pertenece al cosmonauta ruso Valeri Poliakov, que permaneció 437 días a bordo de la estación espacial Mir, odisea efectuada entre enero de 1994 y marzo de 1995.
El objetivo de la expedición anual a la EEI es comprobar los efectos de los vuelos de larga duración en el organismo humano con la vista puesta en los viajes interplanetarios.
La Nasa tiene intención de comparar los cambios físicos y psicológicos experimentados en el cuerpo de Kelly con los resultados de los análisis realizados a su hermano gemelo, Mark, un astronauta retirado.
Durante su permanencia en la EEI, los miembros de la expedición realizaron más de 50 experimentos en diversos ámbitos científicos.
“En estos momentos en que hay divergencias en las relaciones bilaterales entre Rusia y Estados Unidos, me siento orgulloso de que rusos y estadounidenses trabajen codo con codo en misiones importantes”, comentó el embajador de EEUU en Moscú, John Tefft, según la agencia Tass.
Permanecen en la estación espacial el ruso Yuri Malenchenko, el estadounidense Tim Kopra y Team Peake, el primer británico que viaja a la plataforma, adonde llegaron en diciembre del 2015.
A ellos se sumarán los cosmonautas rusos Alexéi Ovchinin y Oleg Skripochka y el estadounidense Jeffrey Williams, quienes el próximo día 19 despegarán desde el cosmódromo de Baikonur rumbo a la EEI.
La Estación Espacial Internacional, un proyecto de más de 100.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, orbita a una velocidad de más de 27 mil kilómetros por hora a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra.