El Comité de Operaciones de Emergencias (COE), que evalúa el encallamiento del barco “Floreana” con productos contaminantes, pidió este sábado que se declare una emergencia ambiental, para enfrentar posibles daños ecológicos y se tomen medidas para garantizar el abastecimiento de combustibles y alimentos al archipiélago, que tiene una población de unas 26.000 personas que habitan en cuatro de las 13 mayores islas, ubicadas en el océano Pacífico, a unos 1.000 km de la costa ecuatoriana.
“Las declaratorias de emergencias permitirán a las autoridades disponer de recursos económicos inmediatos para afrontar la situación”, explicó a la AFP una fuente del Parque Nacional Galápagos (PNG), encargado de proteger la flora y fauna únicas en el mundo que hay en esa jurisdicción.
El COE agregó que su planteamiento tiene el “fin de actuar eficaz y rápidamente en la prevención y mitigación de los riesgos derivados”.
“Floreana” encalló en la bahía Naufragio de Puerto Baquerizo Moreno, capital de la isla San Cristóbal.
La nave, de la que hay fuga de contaminantes, se atascó con unas 1.400 toneladas de carga, que incluye víveres y sustancias peligrosas como 10.000 galones de combustible, 11 toneladas de aceite de piñón, 103 cilindros de gas de uso doméstico y 48 toneladas de emulsión asfáltica.
Además de posibles daños ambientales, cuando ya se han registrado fugas de tóxicos que han sido controladas con barreras de contención y elementos absorbentes, en el archipiélago se complica el abastecimiento de alimentos y combustibles por la pérdida, desde mayo pasado, de tres de los cinco barcos cargueros que operan hacia esa región.
El PNG indicó que su personal “intensifica las acciones para reducir los riesgos ambientales provenientes del vertido de materiales contaminantes al mar”.
Añadió que alrededor del “Floreana” se “confirma la presencia de material contaminante, una mezcla de diesel y aceite hidráulico, entre otras sustancias, producto de la inundación del cuarto de máquinas”.
Los productos peligrosos ya fueron evacuados, de acuerdo con el COE, el cual además solicitó al propietario de la nave el “salvataje de la embarcación siniestrada”, que implica su retiro de la reserva marina de Galápagos para “prevenir futuros daños ambientales”.
“Una de las alternativas es sacarlo de la protegida reserva marina y hundirlo, pero eso depende de lo que resuelva el armador (propietario)”, manifestó a la AFP la fuente del PNG.
En mayo pasado, el carguero “Galapaface I”, con 19.000 galones de diésel y 300 galones de lubricantes, quedó varado cerca de Punta Carola, también en San Cristóbal, sufriendo serios destrozos en su casco y obligando a la declaratoria de la emergencia ambiental.
Tras ser reflotada, la nave, que también transportaba otros productos contaminantes, fue echada a pique fuera de la reserva marina de Galápagos en julio.
La otra embarcación de carga que servía a la provincia insular se hundió en el puerto de Guayaquil (suroeste, en el continente).
En medio de la crisis por el “Floreana”, un banco estatal de Ecuador aprobó un crédito para adquirir un buque con capacidad de 2.500 toneladas de carga para que opere hacia las islas, posiblemente desde marzo próximo.
En 2001, el buque tanquero “Jéssica” naufragó frente a Puerto Baquerizo Moreno con unos 240.000 galones de combustible que se derramaron, generando un grave problema ambiental que afectó a varias especies.
El área de Baquerizo Moreno alberga a la mayor población de lobos marinos del archipiélago, que sirvió de laboratorio natural al científico inglés Charles Darwin, autor de la teoría sobre la evolución de las especies, y cuyo nombre proviene de las gigantescas tortugas que las habitan.