El gobierno ecuatoriano planteó en 2007 dejar bajo tierra los 846 millones de barriles de crudo que alberga el Yasuní (20 por ciento de las reservas de Ecuador) a cambio de una compensación internacional de unos US$3 mil 600 millones lo largo de 12 años.
Para 2011 había fijado como meta lograr los primeros US$100 millones hasta diciembre, cuando se debía evaluar la viabilidad de la propuesta ecológica ante la posibilidad de extraer el petróleo.
“Pasamos la meta de los 100 millones”, manifestó Baki en el Palacio de Carondelet, sede del gobierno, precisando que Ecuador captó US$116.9 millones en aportes efectivos y en proceso, compromisos concretos y cooperación técnica no reembolsable.