Los recursos, según la Cancillería local, tendrán un resultado positivo y dan una señal del compromiso entre ambos países en la lucha contra el crimen organizado.
Con la donación, afirmó, el país aumentará la capacidad en áreas de las ciencias forenses, la lucha contra el lavado de activos, la detección de cargamentos de droga y contrabando en las terminales aéreas y marítimas.
Para Trullols, la amenaza representada por la delincuencia organizada “exige una acción concertada entre los Estados, fortaleciendo la cooperación para salvaguardar la seguridad y dignidad de nuestros ciudadanos”.
Los resultados de estos programas formarán también parte del continuo diálogo sobre los proyectos de la Iniciativa para la Seguridad de la Cuenca del Caribe (CBSI), sociedad creada entre EE. UU. y los países del Caribe, precisó la Cancillería en un comunicado.