De esta forma, Washington DC respondió a las palabras del presidente cubano, Raúl Castro, quien el sábado asomó la disponibilidad de avanzar en las relaciones bilaterales, siempre que ambas partes respetan sus diferencias.
“Si realmente deseamos avanzar en las relaciones bilaterales, tendremos que aprender a respetar mutuamente nuestras diferencias y acostumbrarnos a convivir pacíficamente con ellas; solo así”, dijo Castro.
“De lo contrario, estamos dispuestos a soportar otros 55 años en la misma situación” de enfrentamiento con Washington, aclaró el mandatario cubano.
El funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato, indicó que en el gobierno estadounidense sigue “enfocado en la necesidad de mejorar las condiciones de los derechos humanos y el respeto hacia las libertades fundamentales en Cuba”.
Además recordó la posición del presidente Barack Obama de continuar revisando la política estadounidense hacia Cuba, al mismo tiempo que demanda reformas democráticas en la isla, un mensaje que reiteró en noviembre el secretario de Estado, John Kerry.
El 10 de diciembre, en los funerales del líder sudafricano Nelson Mandela, Castro y Obama se dieron un histórico apretón de manos cuya imagen dio la vuelta al mundo.
El saludo, inédito entre mandatarios de ambos países en más de medio siglo, provocó entusiasmo pero también indiferencia a eventuales cambios en la vieja política de más de cinco décadas.
Cuba y Estados Unidos no tienen relaciones diplomáticas desde 1961 y sostienen un enconado diferendo político. Washington DC aplica un embargo comercial contra la isla desde 1962.
Sin embargo, los dos gobiernos han logrado acuerdos bilaterales puntuales en correo y migración, y las restricciones a los cubano-estadounidenses para viajar y enviar dinero a la isla se han reducido en los últimos años.