Remolino de historias
Una vez que la noticia bomba del despido de Comey estalló el martes, la Casa Blanca se esforzó por explicarla y su serie de declaraciones contradictorias fue rápidamente ridiculizada.
Los funcionarios dijeron primero que Comey había sido despedido por su manejo de la investigación sobre el uso de correo electrónico privado de la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton mientras estaba en el Departamento de Estado.
El vicepresidente Mike Pence dijo que la medida, que siguió a la recomendación del fiscal general Jeff Sessions, fue la “decisión correcta en el momento adecuado” .
“Tal vez la mejor cosa a hacer sea cancelar toda futura conferencia de prensa y, en nombre de la precisión, distribuir declaraciones por escrito?”, se preguntó Donald Trump.
Pero el propio Trump dio más tarde una media vuelta, admitiendo que la decisión estaba basada, al menos en parte, en el hecho de que Comey estaba dirigiendo una investigación sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y la posible colusión del círculo de Trump con Moscú, una idea que según el presidente fue “fabricada” por los demócratas.
Luego dio un paso más allá, advirtiendo a Comey que no hablara con la prensa sobre sus reuniones y sugiriendo que podría haber “registros” de sus conversaciones privadas en la Oficina Oval.
El portavoz de la Casa Blanca Sean Spicer, que había estado ausente durante algunos días, volvió al escenario el viernes, donde se enfrentó a los periodistas.
Consultado sobre si Trump estaba grabando a escondidas las reuniones de la Oficina Oval, Spicer dijo que no tenía “nada más que añadir” .
En cuanto al tuit para Comey, dijo: “Eso no es una amenaza. Él solo señala un hecho. El tuit habla por sí mismo” .
En la entrevista con Fox News, Trump defendió a sus subordinados, calificando a Spicer como “un maravilloso ser humano” y a la portavoz Sarah Huckabee Sanders como una “adorable joven mujer” .