Las autoridades egipcias están acusadas de llevar a cabo una represión implacable contra la oposición, tanto islamista como laica o de izquierda.
Abdel Fatah era juzgado por los actos violentos ocurridos en una manifestación no autorizada en noviembre pasado. Estaba acusado de haber robado el walkie talkie de un policía.
En junio, había sido condenado a 15 años de prisión, pero tuvo derecho a un nuevo juicio, porque el veredicto había sido pronunciado en ausencia.
Los 22 detenidos sentados en el banquillo de los acusados aplaudieron el anuncio del veredicto, mientras sus sus familiares rompían a llorar o gritaban “¡abajo el poder militar!”, constató la AFP.