“Maldad pura” (The Sun), “Vidas jóvenes robadas por el terror” (The Guardian), “Oraciones por los desaparecidos y los muertos” (Manchester Evening News) eran algunas de las portadas ilustradas con fotos de la víctimas.
El atentado del lunes por la noche en esa ciudad del norte de Inglaterra, al final de un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande, dejó 22 muertos y 59 heridos.
La Policía anunció que había concluido el proceso de identificación de todas las víctimas y que ya se había puesto en contacto con todas las familias.
En cuatro o cinco días, cuando concluyan totalmente los exámenes forenses, “estraremos en posición de comunicar formalmente los nombres” de los muertos, afirmaba el comunicado policial.
Tres detenidos más
“Tres hombres fueron detenidos cuando la Policía ejecutó órdenes de registro en el sur de Mánchester en conexión con el horrible atentado del lunes por la noche”, explicó la Policía en un comunicado, elevando a cuatro el total. El cuarto es otro hombre de 23 años, detenido el martes.
La ministra de Interior británica, Amber Rudd, dijo que el principal sospechoso, Salman Abedi, muerto en el atentado, había estado bajo el radar de los servicios de inteligencia y tuvo “probablemente” cómplices.
De Abedi, un británico de padres libios, Rudd confirmó que los servicios de inteligencia se habían interesado por él.
“Era alguien que los servicios de inteligencia conocían y estoy segura de que cuando esta investigación concluya sabremos más”, dijo Rudd.
“Los servicios de seguridad conocen a mucha gente, eso no significa que esperemos que detengan a todo el mundo que conocen”, puntualizó.
Abedi tenía 22 años y había nacido en Mánchester, hijo de inmigrantes libios. Según la prensa británica había estado en Libia y Siria antes de volver al Reino Unido y cometer los atentados, un extremo no confirmado por las autoridades.
El ministro francés de Interior, Gerard Collomb declaró que, según información procedente de los investigadores británicos, Abedi pasó por Libia y “probablemente” también por Siria.
Soldados en las calles
La idea de que sus cómplices seguían libres motivó la decisión del Gobierno de activar el máximo nivel de alerta terrorista, hasta el grado “crítico”, que significa que otro ataque es “inminente”.
En respuesta al aumento de la alerta, se desplegaron “unos mil soldados , dijo una portavoz del ministerio de Defensa. Los militares llegaron en autobuses al centro de Londres y se desplegaron en sus puestos.
“Es un arreglo temporal para responder a un hecho excepcional”, precisó Rudd.
Scotland Yard afirmó que los soldados estarán bajo su mando e integrados en su estructura para brindar “protección armada estática en lugares clave” que incluirán el palacio de Buckingham, la residencia de la primera ministra, embajadas y el Parlamento.
Dos meses antes del atentado de Mánchester, un hombre embistió con su vehículo a los transeúntes que paseaban cerca del Parlamento, antes de matar a un policía desarmado que custodiaba el edificio, dejando en total cinco muertos.
Los rostros de la tragedia
El atentado del lunes fue el peor sufrido por el país desde el 2005, cuando varios kamikazes hicieron estallar sus bombas en metros y un autobús de Londres, provocando 52 muertos y 700 heridos.
Charlotte Campbell, que el martes apareció en las principales televisiones británicas pidiendo ayuda para encontrar a su hija Olivia, de 15 años, anunció este miércoles que había muerto.
“RIP mi querida hija preciosa linda Olivia Campbell llevada lejos, lejos, prematuramente, ves a cantar con los ángeles y sigue sonriendo. Mamá te quiere”, escribió apesadumbrada en Facebook, junto a una foto de la chica.
También se confirmó la muerte de un hombre y una mujer polacos que vivían en el Reino Unido, y de dos amigas británicas de 45 y 47 años. Los cuatro habían ido al concierto a buscar a sus hijos.
Además, se conoció la muerte de una madre de 32 años, y dos hombres de 26 y 29.
Todos ellos se suman a la niña de 8 años Saffie Rose Roussos y a la adolescente Georgina Callander, de 18, ambas del vecino condado de Lancashire, las primeras muertas en ser identificadas.
Irritación con EE. UU.
La ministra Amber Rudd tomó con cautela la reivindicación del atentado por el grupo Estado Islámico, y afirmó que no tienen constancia de la relación de la organización yihadista con los hechos del lunes.
“No me sorprende que decidieran revindicar la responsabilidad”, dijo la ministra, añadiendo que no tenían “información” sobre tal autoría.
Rudd expresó su “irritación” por la filtración de información sobre el atentado por parte de otros gobiernos, en respuesta a la difusión del nombre del principal sospechoso por una fuente anónima de Washington.
“La policía británica ha sido muy clara al afirmar que quiere controlar el flujo de información para proteger la integridad operativa”, dijo Rudd.
“Es irritante si sale de otras fuentes, y he sido muy clara con nuestros amigos que no debería volver a ocurrir”, añadió.