La diplomática deberá regresar a la nación norteamericana después de que no alcanzó los votos necesarios para su ratificación, y así continuar en el cargo.
Aponte, abogada de Washington y activista de los derechos hispanos, ha fungido como embajadora en San Salvador desde septiembre de 2010 luego de que el presidente Barack Obama, en respuesta a la oposición republicana a su nominación, la nombró de manera interina durante un receso legislativo. Su período vence el 31 de diciembre.
El Senado bloqueó el nombramiento de la embajadora en El Salvador propuesta por el presidente Obama, ya que los republicanos se oponen por rumores de una relación sentimental con un espía cubano y por la indignación conservadora relacionada con un artículo de opinión que escribió a favor de los derechos homosexuales.
La oposición parte de las dudas sobre la relación hace décadas entre Aponte y Roberto Tamayo, un cubano-estadounidense que tuvo lazos con la inteligencia de la isla en el régimen de Fidel Castro y que hace 13 años frustró su nominación para ser embajadora en República Dominicana durante el gobierno del presidente Bill Clinton.
El rechazo conservador hacia Aponte está basado, en parte, en un artículo de opinión que escribió el 28 de junio en La Prensa Gráfica, un periódico salvadoreño. El ensayo era en respuesta a un cable del Departamento de Estado enviado a todos los embajadores en el mundo para que reconocieran el mes del orgullo gay.
Aponte no quiso entrar en detalles sobre la decisión de no ser ratificada en el cargo y se limitó a decir que los procesos en el Senado son muy “parlamentarios” o burocráticos.
En el lugar de Aponte queda a cargo Sean Murphy, quien fungía como ministro consejero y hoy pasa a ser el encargado de negocios de la embajada, el principal representante del gobierno estadounidense en El Salvador.