En el mismo establecimiento fue atendido a fines de este año el enfermero voluntario británico William Pooley, quien también había sido contaminado por el virus del ébola en Sierra Leona.
Esta enfermera, que trabajaba para la ONG Save the Children, será tratada en una unidad de aislamiento cuyo acceso está reservado al personal calificado, en una cama cubierta por una carpa que tiene un sistema de ventilación autónomo.
Por el momento no existe ninguna vacuna ni tratamiento para destruir este virus, que se contrae a través del contacto directo con los fluidos corporales.
Al mismo tiempo, otro paciente es sometido actualmente a un test de diagnóstico del virus en el Royal Cornwall Hospital (sudoeste de Inglaterra), indicó el martes a la AFP un vocero de dicho nosocomio, que se negó a dar más detalles.
Esta fuente se limitó a indicar que esa persona había regresado recientemente de África occidental y que no había estado en contacto con la enfermera diagnosticada positiva en Glasgow el lunes.
En los tres países de África occidental más afectados –Sierra Leona, Liberia y Guinea — la epidemia de fiebre hemorrágica ébola ha causado la muerte de siete mil 842 personas en un total de 20 mil 081 casos registrados, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud publicado el lunes.