“Su amigo y el presidente de la República le están ampliamente reconocidos por su trabajo, su dedicación y, sobre todo, su enorme compromiso para cumplir en esa responsabilidad” que deja, dijo el mandatario a Murillo Karam en un acto en el que no se permitieron preguntas de la prensa.
Horas después, Peña Nieto propuso al Congreso que la senadora oficialista Arely Gómez, que el jueves pidió licencia para encargarse de la subprocuradoría de Jurídica y de Asuntos Internacionales, tome el cargo de procuradora general, informó la cámara alta, que discutirá la propuesta la semana entrante.
Se trata del primer gran cambio de fichas entre los hombres de confianza de Peña Nieto desde que asumió el poder, en diciembre de 2012.
Aunque el relevo de Murillo Karam era esperado desde hace meses por la reforma que debe emprender la ahora gubernamental Procuraduría General de la República (PGR) hacia una fiscalía autónoma, su salida llega en momentos en que el gobierno de Peña Nieto es fuertemente cuestionado por el caso de los 43 jóvenes. El presidente destacó la investigación de Murillo Karam sobre este caso “como no se había hecho otra en tiempos recientes”.
Por su lado, el ahora exfiscal agradeció su nombramiento y se confesó entusiasmado por la nueva tarea, que se suma a las que antes desempeñó como senador, diputado y gobernador del Partido Revolucionario Institucional (PRI, oficialista), pero eludió referirse a su gestión como procurador, en la que tuvo algunos tropiezos mediáticos. En noviembre, durante una rueda de prensa en la que informó por primera vez sobre la presunta masacre de los estudiantes, pronunció ante los cuestionamientos de los periodistas la inoportuna frase “ya me cansé”. Sus palabras marcaron tendencia en Twitter y se convirtieron en un grito de protesta en México.
Cambio para “esquivar la responsabilidad”
Según la investigación oficial, los estudiantes de la escuela rural para maestros de Ayotzinapa (Guerrero, sur) fueron atacados a balazos por unos policías corruptos de la cercana ciudad de Iguala el 26 de septiembre. Los jóvenes fueron luego entregados a unos sicarios del narcotráfico, quienes confundiéndolos con unos miembros de un cártel antagónico, los asesinaron, incineraron y arrojaron los restos a un río. Basándose en los testimonios de unos sicarios arrestados y en los análisis de restos óseos, la fiscalía ha recalcado tener “certeza” de que este fue el desarrollo de los hechos.
Pero los familiares de los jóvenes y varias organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional cuestionan estas conclusiones, sobre todo porque hasta el momento sólo se ha logrado identificar el ADN de un estudiante.
Murillo Karam, “como procurador, nunca hizo lo que le correspondía”, dijo a la AFP el portavoz de los familiares de los 43 estudiantes, Felipe de la Cruz. Para las familias, su relevo “busca la forma de esquivar la responsabilidad para que así la persona que llegue a su lugar diga que acaba de llegar” y necesita saber más sobre la investigación, añadió.