Wikileaks, que acaba de estrenar una web para denunciar este “despilfarro gubernamental” (govwaste.co.uk), dice que el gasto global ha pasado la barrera de los diez millones de libras, más de US$15 millones.
En el sitio, dos contadores hacen desfilar los segundos y el dinero público que se escapa, mientras un enlace remite a una declaración del alcalde de Londres, Boris Johnson, que en 2013 calificó la situación de “absolutamente ridícula”.
Si el exhacker australiano pusiera un pie fuera de la embajada, sería inmediatamente detenido y extraditado a Suecia, donde se le reclama por acusaciones de violación y agresión sexual.
Assange las rechaza, pero se niega a presentarse ante la justicia sueca ante el temor de que lo transfieran a EE. UU. por su papel en Wikileaks, que filtró 500 mil documentos secretos militares y 250 mil cables diplomáticos en el año 2010.