Para ser elegido y suceder en marzo al presidente Carolos Papoulias, Stavros Dimas debe obtener 180 votos de entre 300 diputados.
A la vista del resultado de las dos primeras votaciones, la misión parece casi imposible. En la primera vuelta, el 17 de diciembre, Dimas obtuvo 160 votos y, en la segunda, el 23 de diciembre, 168 sufragios, a pesar de la promesa de Samaras de adelantar a finales de 2015 las legislativas previstas en junio de 2016.
Según fuentes gubernamentales citadas por la prensa, parece poco probable que el candidato del gobierno logre sumar este lunes los 12 votos que le faltan.
Si fracasa en elegir un nuevo presidente, el Parlamento será disuelto en un plazo de diez días y se convocarán elecciones legislativas anticipadas para el 25 de enero o el 1 de febrero.
El sábado, en un discurso televisivo, Samaras parecía resignado a elecciones anticipadas, en las cuales, dijo, espera triunfar. “Hice y sigo haciendo todo lo que está en mi poder para evitar” elecciones anticipadas, dijo Samaras, que exhortó a los diputados a “alejar al país de una nueva crisis”.
Dos sondeos de opinión sobre eventuales elecciones anticipadas publicados el domingo confirmaron a Syriza por delante del partido conservador Nueva Democracia, de Samaras. Syriza obtiene el 27.2% de intenciones de voto, contra el 24.7%, en la encuesta de Kapa Research para To Vima, y el 28.3%, contra el 25%, en la de Alko para Proto Thema.
Pero, paralelamente, cerca de seis griegos de cada diez afirman que no quieren elecciones anticipadas en el contexto económico actual.
Por otra parte, el 44.1% de los encuestados considera que Samaras es el más apto para gobernar el país, contra el 34.4%, que se inclina por Alexis Tsipras, el líder de Syriza.
Grecia esperaba terminar este año con la troika de acreedores (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo), que en 2010 impuso un drástico plan de austeridad a cambio de un préstamo de €240 millones.
Un eventual triunfo de Syriza preocupa a los acreedores de Grecia.
Las principales capitales extranjeras siguen atentamente la posible llegada de la izquierda antiausteridad al poder tanto más cuanto que en España, Podemos, otra fuerza de la Izquierda Unitaria Europea, registra un espectacular aumento en las intenciones de voto.
“Las nuevas elecciones no cambian en nada la deuda griega. Cada nuevo gobierno deberá respetar los acuerdos firmados por sus predecesores”, advirtió el sábado el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Grecia tiene una deuda externa equivalente al 175% de su PIB, que Syriza desea reducir.
Tsipras afirmó el sábado que lo primero que hará si llega al gobierno será “solucionar la crisis humanitaria” del país, a través de medidas que se deberán negociar.