También se constató que el importador “no era el destinatario real de la carga de cabello humano”, enviado en largas colas de caballo sujetadas por un elástico y apiladas en cajas de cartón. Tampoco reveló el destino final de la carga.
La Dirección de Aduanas instó sin embargo a “los consumidores de este tipo de productos a verificar siempre que el proveedor cumpla con los requisitos sanitarios de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), como los procesos de esterilización y desinfección de los cabellos importados, bajo pena de riesgos para la salud”.