La votación en este país rico en hidrocarburos comenzó a las siete de la mañana y concluirá a las seis de la tarde.
Unos 22 millones de electores están inscritos para que elijan a los integrantes del parlamento, de 328 bancas.
Una bomba colocada al lado del camino estalló y causó la muerte de dos mujeres cuando se dirigían a un centro de votación en la pequeña localidad de Dibis, cerca de Kirkuk, una conflictiva ciudad situada a unos 290 kilómetros (180 millas) al norte de Bagdad.
Otra bomba hizo explosión en Dibis, estuvo dirigida contra una patrulla del ejército y dejó cinco soldados heridos, según Sarhad Qadir, oficial de alto rango de la policía en la zona.
En el centro de Bagdad, la Policía y el Ejército instalaron retenes a unos 500 metros (yardas) de distancia, mientras camionetas pickup con ametralladoras en lo alto recorrían las calles.
Gran parte de la ciudad parecía desierta sin el congestionamiento normal de tránsito típico en Bagdad. La mayoría de las tiendas estuvieron cerradas.
En el distrito Ciudad Sadr, predominantemente chií en Bagdad, que durante años ha sido blanco de atentados explosivos atribuidos a extremistas suníes, fueron desplegadas fuerzas antiterroristas mientras helicópteros sobrevolaban la zona, que es bastante amplia.
Autobuses fueron utilizados para transportar de ida y vuelta a electores a los centros de votación.
Las autoridades también cerraron el espacio aéreo iraquí debido a las elecciones y prohibieron la circulación de vehículos para reducir las amenazas de coches bomba.
El personal del Ejército y la Policía acudió el lunes a las urnas a fin de que el miércoles estuviera listo para facilitar seguridad al resto de los electores.
Los expatriados iraquíes depositarán sus votos el domingo y el lunes en unos 20 países.
Los electores son sometidos a múltiples cacheos antes de que se les permita el ingreso en los centros de votación.
Las calles que conducen a los lugares donde están las urnas fueron obstruidas con camiones de la Policía y alambre de púas.