En este contexto, el primer ministro iraquí, el chiita Nuri Al Maliki, parece haber aceptado finalmente los reiterados llamamientos a la formación de un gobierno de unidad con todas las fuerzas políticas y comunitarias de ese país, sumido en fuertes tensiones confesionales.
Los aviones Su-25 entregados, de ataque a tierra, deberían ayudar a las fuerzas iraquíes en su campaña contra los insurgentes. Un responsable iraquí indicó que los pilotos de la aviación bajo el régimen de Sadam Husein serán los encargados de pilotar estos aviones, cuyo funcionamiento ya conocen.
Maliki había anunciado el jueves la compra a Rusia de una docena de aviones por un valor total estimado en 500 millones de dólares (368 millones de euros).
– Ofensiva en Tikrit –
Durante una visita el sábado a Damasco, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov, afirmó que su país no se quedaría con los “brazos cruzados” frente a la ofensiva de los yihadistas en Irak e insistió en que la situación en este país y en la vecina Siria pasa por un “verdadero diálogo nacional”.
Durante el rezo semanal del Ángelus, el papa Francisco instó también este domingo a los dirigentes iraquíes a “preservar la unidad nacional y evitar la guerra”, al tiempo que recordó a las “miles de familias, especialmente cristianas, que tuvieron que abandonar sus hogares”.
En el terreno, miles de soldados, apoyados por la aviación, lanzaron una ofensiva para retomar el control de Tikrit, en manos de los insurgentes sunitas desde el 11 de junio.
El ejército llevó a cabo temprano ataques contra posiciones y refugios de los comandantes insurgentes en el centro y el oeste de la ciudad, indicaron unos testigos a la AFP. Los bombardeos se centraron en especial en los antiguos palacios de Sadam Husein, utilizados tras su caída por la administración local. Por el momento, se desconoce la existencia de víctimas mortales.
Los yihadistas controlan otros sectores de la provincia de Saladino (norte), así como Mosul, segunda ciudad de Irak, gran parte de la provincia de Nínive (norte), otros sectores de la provincia de Diyala (este), Kirkuk (norte) y Al Anbar (oeste).
Desde comienzos de año, más de 1,2 millones de personas han abandonado sus hogares en el país, alertaron las organizaciones internacionales.
– Coordinación con Estados Unidos –
Estados Unidos, que se retiró militarmente del país a finales de 2011, tras ocho años de ocupación, se ha contentado, por el momento, con enviar a consejeros militares y con el despliegue de ‘drones’ para sobrevolar la capital iraquí con el objetivo de “proteger” si es necesario a los militares y diplomáticos estadounidensese.
El general Qasem Ata informó sobre una coordinación con Estados Unidos “en el terreno para estudiar los objetivos importantes”.
Los yihadistas del EIIL cuentan en Irak con la ayuda de tribus, de grupos salafistas y de exoficiales del ejército de Sadam Husein, derrocado por la invasión estadounidense de 2003.
Tras la invasión, Estados Unidos disolvió el ejército y los servicios de seguridad iraquíes antes de apartar de la función pública a todos los funcionarios del régimen derrocado.
Por su parte, el rey Abdalá de Arabia Saudí expresó este domingo su rechazo al extremismo religioso, al prometer que impediría que “un puñado de terroristas (…) aterroricen a los musulmanes”, en referencia a los yihadistas en Irak y Siria.
“Su objetivo es sembrar la desunión entre los musulmanes”, dijo el monarca en referencia a los yihadistas sunitas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), quienes lanzaron el 9 de junio una rápida ofensiva en Irak y se mantienen muy activos en el conflicto en Siria con el objetivo de crear un Estado islámico a caballo entre ambos países.
“No permitiremos que un puñado de terroristas, que utilizan el islam con fines personales, aterroricen a los musulmanes o atenten contra nuestra patria”, advirtió el rey Abdalá, citado por la agencia oficial SPA, durante su discurso con motivo del inicio del Ramadán.
Arabia Saudita, país regido por una versión rigorista del islam sunita, comparte con Irak una frontera de 814 kilómetros bajo fuertes medidas de seguridad.