La central había dejado de funcionar el viernes por la mañana debido a la falta de combustible por el cierre del paso fronterizo de Kerem Shalom, por donde transita el comercio entre Israel y los palestinos.
Israel había decidido cerrar el paso de Kerem Shalom tras la muerte de un israelí, alcanzado por disparos cuando trabajaba en la frontera entre la franja de Gaza y el territorio israelí.
La central de la franja de Gaza había vuelto a funcionar el 15 de diciembre después de estar parada durante mes y medio.
La central, que abastece el 30% de la electricidad que necesita el enclave palestino dirigido por el movimiento Hamas, había cesado de funcionar el 1 de noviembre por falta de carburante, provocando cortes de corriente de hasta 16 horas por día, lo que afectó a colegios, hospitales y plantas de tratamiento de aguas.