A su vez, el número de centenarios por cada 100.000 japoneses se situó en septiembre de este año en 51,68.
El volumen de centenarios se ha incrementado de manera continua desde 1971 y el Ministerio prevé que lo siga haciendo principalmente por los avances en materia de tratamientos médicos.
Cuando las autoridades niponas comenzaron a recopilar datos en 1963 el número de centenarios fue de 153, cifra que 35 años después, en 1998, superaría por primera vez los 10 mil.
En el 2007, el 2012 y el 2015 el total superó los 30 mil, 50 mil y 60 mil, respectivamente.
Este año, el número de mujeres centenarias aumentó en tres mil 797 (o 7.06 un por ciento) hasta las 57 mil 525, mientras que el número de hombres mayores de 99 creció en 327 (o un 4.1 por ciento) hasta los ocho mil167.
Nabi Tajima, de 116 años (nació en agosto de 1900) y residente en Kagoshima (suroeste) , es la mujer más anciana de Japón, mientras que el hombre de mayor edad es Masamitsu Yoshida, tokiota de 104 años.
La esperanza de vida media para las mujeres se sitúa en septiembre del 2016 en 87.05 años, mientras que para los hombres se queda en 80.79.
La prefectura japonesa con mayor proporción de personas mayores de 99 años es la de Shimane (oeste) mientras que la de Saitama (al norte de Tokio) es la que menos centenarios tiene en relación a su población total.
El Gobierno atribuyó ese incremento a una mayor concienciación sobre la salud y a los avances de la medicina.
Japón se enfrenta ahora a un importante reto demográfico ante el rápido envejecimiento de la población y la caída de las tasas de natalidad. Las voces más críticas acusan al Gobierno de no hacer lo suficiente para paliar el problema.
Según el Instituto Nacional de Investigación de Población y Seguridad Social, se espera que en el 2060 el 40 por ciento de la población tenga más de 65 años.