Según el equipo de investigadores dirigido por Hidetoshi Katori, profesor en la Universidad de Tokio, estos aparatos son mucho más precisos que el reloj atómico de cesio empleado para definir la duración de un segundo, que se desajusta otro tanto cada 30 millones de años.
Los nuevos relojes superan además la precisión del reloj atómico presentado en agosto de 2013 por investigadores norteamericanos, que perdía un segundo cada 13 mil 800 millones de años.
El sistema desvelado por los investigadores japoneses es tan delicado que debe funcionar en un entorno extremadamente frío, de unos -180 grados Celsius, para reducir el impacto de ondas electromagnéticas alrededor y mantener el nivel de precisión.
Los investigadores hicieron funcionar los dos relojes durante un mes para observar su comportamiento, y dedujeron que tardarían unos 16 mil millones de años en desajustarse un segundo.
Este nuevo avance puede tener implicaciones importantes en la localización por satélite (GPS), basada en la diferencia temporal, y en la cuantificación de la temperatura y de fuerzas como la de la gravedad o el campo magnético.