Fue la 27 misión del cohete japonés H2A.
Contrariamente a otros lanzamientos, la JAXA no retransmitió este lanzamiento en directo por televisión o por internet porque se trata de una misión gubernamental relacionada con la defensa del país.
El sistema de satélites espías fue diseñado al final de los años 1990 debido a los temores que inspiraba Corea del Norte.
Permite, entre otras cosas, localizar objetos de al menos un metro de largo en el suelo, de noche o a través de las nubes, desde una altitud de varios cientos de kilómetros.
También puede servir para recoger datos sobre los daños producidos por las catástrofes naturales, como terremotos, tsunamis o tifones.
Japón ya puso en órbita en el pasado varios satélites espía equipados con cámaras y otros radares, pero al menos dos de ellos se averiaron.
La recopilación de información y la vigilancia por satélite se decidieron después de unos ensayos de misiles efectuados por Corea del Norte en 1998.
En 2012, Pyongyang procedió a dos pruebas de cohetes que Japón sospechaba que eran misiles.
El dispositivo japonés completo debe permitir observar al menos una vez al día cada zona terrestre.
La JAXA y el operador del cohete H2A, el grupo Mitsubishi Heavy Industries (MHI), no proporcionaron más información sobre la misión por razones de seguridad.