Arturo Nelson, el juez que presidió el juicio contra la madre latina en 2008, emitió la recomendación el viernes pasado después de que la Fiscalía del condado de Cameron aceptara que retuvo pruebas a favor de Lucio, sentenciada por golpear y torturar hasta la muerte a su hija Mariah Elizabeth Álvarez, la menor de sus 14 hijos.
La policía encontró a la niña inconsciente, con moretones y un brazo roto cuando respondió a un llamado de emergencia el 17 de febrero de 2007. La menor fue trasladada a un hospital, donde fue declarada muerta.
La madre hispana le dijo a la policía que su hija se cayó por las escaleras y que eso le causó la muerte. Sin embargo, la fiscalía no creyó la versión, la acusó y buscó la condena a muerte.
Ahora se conoce que los testimonios de cinco de los hijos de Lucio, que aseguraron que su madre no abusó de ellos ni de Mariah, no fueron compartidos con la defensa.
Uno de los hijos le dijo a un investigador de los Servicios de Protección Infantil que vio a la niña caer por las escaleras de su apartamento y corroboró el relato de Lucio sobre las lesiones y el deterioro de la salud de la niña en los días posteriores al incidente.
La Fiscalía y los abogados de Lucio llegaron a un acuerdo, que fue aprobado por el juez Nelson, que indica que “ella no habría sido condenada a la luz de la evidencia suprimida”, según documentos judiciales citados por la CNN.
La ejecución de Lucio, la primera latina que enfrentaba la condena capital en Texas, fue suspendida dos días antes de la fecha prevista en abril de 2022, después que varios miembros del jurado que la sentenciaron afirmaron públicamente que, de haber conocido todas las pruebas, hubieran dado otro veredicto.
Por su parte, los hijos de Lucio encabezaron la campaña “Free Melissa Lucio”, con la que han apoyado de manera incansable a su madre durante años y han llamado la atención sobre la dura sentencia.
El caso ahora queda en manos de la Corte de Apelación Criminal de Texas, que determinará si Lucio tendrá que enfrentar un nuevo juicio.