Si bien los bienes y valores quedan bloqueados, no serán transferidos a los cofres públicos a menos que la segunda instancia judicial confirme la condena, informó el tribunal.
Según la acusación, Lula es el propietario de un apartamento tríplex en el balneario de Guarujá (Sao Paulo) ofrecido por la constructora OAS a cambio de su influencia para obtener contratos en Petrobras.
Lula niega ser propietario del inmueble.
Por decisión de Moro, el líder del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) , que enfrenta otras cuatro causas penales, puede apelar la sentencia en libertad y sólo vería impedida su candidatura a las elecciones de 2018 si fuera condenado en segunda instancia.
Lula, ícono de la izquierda latinoamericana, asegura que no existen pruebas en su contra y atribuye la sentencia a una estrategia para sacarlo del mapa electoral.
El exmandatario sostiene que su condena es parte de un plan de la derecha para destruir al PT, que en 2016 cerró un ciclo de 13 años de gobierno cuando su sucesora y ahijada política, Dilma Rousseff, fue destituida por el Congreso acusada de manipular las cuentas públicas, y reemplazada por su vicepresidente, el conservador Michel Temer.
El PT y grupos afines convocaron a manifestaciones de apoyo a Lula en todo el país el jueves 20.