El incremento en sus finanzas se debe, en parte, a que ha aumentado su capacidad para recaudar impuestos, pasando de US$600 millones hace un año a US$1 mil millones en la actualidad.
El Estado Islámico se hace del 60% del salario de funcionarios públicos en Nínive.
“El EI tiene cada vez más acceso a impuestos forzosos y extorsiones de fondos. En la provincia de Nínive (Irak), donde está Mosul, el Estado Islámico se queda con el 50% del salario de 60 mil funcionarios de la región”, lo que supone entre US$500 y US$600 millones anuales, precisa el estudio.
Por el contrario, los bombardeos sobre refinerías y pozos petroleros han mermado los ingresos por hidrocarburos de esa organización terrorista, que factura 600 millones de euros gracias al oro negro, frente a los 1.000 millones de hace un año.
El EI, siempre según el Centro de Análisis del Terrorismo controla el 80% de la producción petrolera siria y menos del 10% de la producción iraquí, que comercializan a través de contrabandistas kurdos, jordanos y kurdos en Turquía.
Los yihadistas disponen, además, de nuevas fuentes de ingresos, como el comercio del algodón en Turquía, donde entre el 5 y el 10 % de las importaciones de ese material provienen de zonas controladas al 90 % por el EI, por lo que perciben al menos 20 millones de dólares, precisó “Challenges”.
Los terroristas, que controlan 130 entidades bancarias, completan sus ingresos a través del gas, el cemento, el cereal, las donaciones, el tráfico de droga, los secuestros, la trata de mujeres o el tráfico de órganos humanos.