Según explicó, los ladrones se llevaron dinero, una computadora y otros objetos de valor que hallaron en la Iglesia y antes de escapar lo ataron con cables de electricidad.
Los robos y asaltos en Iglesias se han repetido con frecuencia en la capital argentina.
El anterior que tomó estado público tuvo como víctima al arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, sucesor de monseñor Jorge Bergoglio como primado de Argentina tras ser elegido como papa Francisco.
Poli sufrió el robo de un portafolios en la parroquia de Guadalupe en el exclusivo barrio de Palermo de la capital argentina.
El maletín contenía, entre otros objetos personales un prendedor de oro obsequio del papa Francisco.
La situación llevó a algunas parroquias a contratar seguridad privada ante la reiteración de robos a feligreses y religiosos, algunos incluso violentos en los que los párrocos resultaron golpeados.
Tal es el caso de la Iglesia Patrocinio San José, ubicada en el exclusivo barrio porteño de Recoleta, en la capital argentina, cuyas autoridades cansadas de los asaltos contrataron a un uniformado cuyo salario es solventado con aportes de los fieles.