“Se está viendo la culminación de un montón de misiones instrumentadas específicamente para responder esta duda”, expone Paul Spudis, del Instituto Planetario Lunar (LPI), organismo de Houston, Texas, financiado por la NASA.
A principios de este año, el Orbitador de Reconocimiento Lunar de la Nasa y la nave espacial india Chandrayaan-1 detectaron posibles rastros químicos de agua lunar. Y el 13 de noviembre último la Nasa anunció que gracias a los impactos lunares de la sonda Lcross se habían recogido muestras con cantidades “significativas” de agua de un cráter.
Pero ¿de dónde proviene el agua lunar?
“¿Fue depositada en un evento único importante reciente o es algo que ha estado allí durante miles de millones de años?”, dice Peter Schultz, científico del proyecto Lcross de la Universidad Brown, en Rhode Island. “No lo sabemos”, acepta.
En este momento hay tres teorías científicas importantes sobre cómo llegó el agua a la Luna, y una cuarta idea “salvajemente especuladora” que todavía no puede ser descartada.
Primera teoría
Volcanes antiguos empujaron a la superficie el agua lunar.
El agua lunar ha estado allí desde siempre, afirma una teoría. El agua fue un ingrediente de la creación lunar, como lo fue en la Tierra.
Según esta idea, el agua está concentrada en el interior de la Luna. En el pasado distante, cuando la ahora “muerta” Luna tenía un núcleo caliente, erupciones volcánicas o “vómitos” gaseosos lentamente empujaron el agua hacia la superficie, donde ha estado congelada desde entonces, según Spudis.
Segunda teoría
El agua “se cocinó” en la superficie.
El agua lunar podría haberse formado en la superficie, con algo de ayuda del Sol, especulan algunos científicos.
El Sol emite constantemente un torrente de partículas llamadas viento solar. Iones de hidrógeno con carga positiva, o protones, del viento solar podrían golpear la Luna e interactuar con minerales ricos en oxígeno del suelo lunar para formar H2O, compuesto conocido como agua, según esta teoría.
La formación de agua a través del viento solar sería un proceso lento, afirma Schultz. Pero “incluso si únicamente se acumula una molécula (de agua) por día de esta forma, con el paso de miles de millones de años se pueden hacer muchas cosas”.
Tercera teoría
Cometas y asteroides llevaron agua a la Luna.
Algunos científicos afirman que el agua lunar podría ser un regalo de cometas cargados con agua y asteroides mojados que la impactaron en el pasado distante.
Luego de un impacto como este, la mayor parte del agua hubiera resultado lanzada al espacio, pero algunas moléculas lentas pudieron haber sido capturadas por la gravedad de la Luna.
“La idea es que cometas o asteroides cargados de agua golpean la Luna y crean una nube de vapor de agua que pende sobre la vecindad de la superficie lunar”, explica Spudis.
“Parte del agua eventualmente migra a las áreas polares, donde podría abrirse paso hacia una trampa fría”, área permanentemente frígida, como un cráter polar donde la luz del Sol nunca llega.
Una trampa fría es demasiado helada como para dejar que el hielo se sublime —que se convierta directamente en gas— y la Luna, carente de aire, es inhóspita para el agua líquida. Como resultado, teóricamente el agua permanecería congelada.
Cuarta teoría
El agua lunar provino de la Tierra.
Hay dos formas en que el agua terrestre pudo haber terminado en la Luna, y ambas únicamente pudieron haber sido posibles cuando la Tierra y la Luna estaban más cerca una de la otra, hace miles de millones de años, afirma Schultz.
Para empezar, durante períodos prehistóricos cuando el campo magnético de la Tierra era inexistente o débil, el viento solar pudo haber sacado vapor de agua de la atmósfera de nuestro planeta para depositarla sobre la Luna.
O tal vez un asteroide catastrófico o impactos de cometas sobre la Tierra lanzaron agua de mar al espacio, y la Luna, al describir su órbita, pasó a través de la nube de vapor, que emergió más o menos empapada.
Misión NASA Anuncia hallazgo
El 9 de octubre último, la Nasa estrelló la sonda Lcross y su cohete Centauro en el fondo del cráter Cabeus, en el polo sur de la Luna, en una operación que buscaba confirmar la presencia de agua en el satélite natural de la Tierra.
Ahora, los datos preliminares obtenidos del análisis de esos materiales “indican que la misión descubrió, exitosamente, agua (…) y este descubrimiento abre un nuevo capítulo en nuestro conocimiento de la Luna”, afirma la Nasa.
“Estamos muy entusiasmados”, ha declarado Anthony Colaprete, científico del proyecto Lcross en el Centro de Investigación de la Nasa en Moffett Field, California.