Saleh, como fue identificado el traductor del EI, reside actualmente en algún lugar del Europa, en donde, por supuesto, teme por su vida.
Según dijo a la cadena televisiva, los rehenes parecen tranquilos cuando están por matarlos debido a que no saben que en verdad serán ejecutados, ya que antes son sometidos a simulacros en donde se pide a sus países de origen que dejen de atacar al EI.
Eso, según el traductor, les generaba una falsa ilusión de que su asesinato real no llegaría y que se trataba de videos para presionar a los gobiernos. Saleh tenía la misión de tranquilizar a los rehenes.
“Diles ‘No hay problema, es sólo video, no los vamos a matar, queremos que sus gobierno dejen de atacar Siria. No tenemos ningún problema con ustedes, ustedes sólo son nuestros visitantes’, y yo siempre les decía no te preocupes, no importa, no es peligroso para ti, pero en el fondo yo estaba seguro —de que iba a morir—”, reveló.
El EI incluso da nombres árabes para identificar a sus víctimas para convencerlos de que eran amigos.
“A Kenji Goto, —periodista japonés ejecutado— por ejemplo, le decían Abu Saad”, expuso Saleh quien agrega: “Me di cuenta de que Goto, cuando le decían Abu Saad, se relajaba”.
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Estructura dirigida por extranjeros
Uno de los datos más reveladores que ofreció, quien sirvió de traductor a los yihadistas, es que un 70 por ciento los combatientes del EI son extranjeros.
Un ejemplo de la importancia que tienen los extranjeros en la estructura del EI es el Yihadista John, como se identificó al británico Mohammed Emwazi de 26 años, quien figura en las decapitaciones de extranjeros.
John es muy respetado y temido dentro del grupo y es el único con autorización para ejecutar extranjeros. “No puedo entender por qué es tan fuerte. A un sirio cualquiera lo puede matar. Pero a los extranjeros, sólo John”, precisó Saleh.
Abajo, vea la galería de los rehenes ejecutdos por el Estado Islámico.