La manifestación ha sido sustituida por una marcha en su memoria, aprobada por las autoridades para que asistan hasta 50.000 personas. Sus simpatizantes pasarán por el Gran Puente de Piedra, ahora lleno de flores, donde fue asesinado el que fuera viceprimer ministro de Boris Yeltsin entre 1997 y 1998, encargado del sector energético.
El sábado, la oposición rusa denunció un crimen “político”. Las potencias occidentales exigieron una investigación a fondo y el presidente Putin prometió que “se hará cuanto se pueda para que los organizadores y ejecutores de este crimen atroz y cínico reciban el castigo que merecen”.
El Comité de Investigación, que lleva adelante las pesquisas, apuntó a que el asesinato de Nemtsov podría estar ligado “a la situación dentro de Ucrania” o también a la matanza en el semanario satírico francés Charlie Hebdo, ya que, según dijo, el político recibió amenazas tras condenar lo ocurrido.
Para Putin, el objetivo del crimen es desacreditar a las autoridades rusas. Según él, “lleva las marcas de un asesinato por encargo y tiene todos los rasgos de una provocación”. Pero los aliados de Nemtsov no tardaron en vincular su muerte a su oposición a las políticas del Kremlin, en particular en el este de Ucrania, donde el gobierno de Kiev y las potencias occidentales acusan al poder ruso de estar apoyando a los separatistas.
Nemtsov temía por su vida
Según los investigadores, el asesinato fue “meticulosamente planificado”. En el momento del crimen, Nemtsov cruzaba el Gran Puente de Piedra con una joven identificada por la prensa rusa como la modelo ucraniana Anna Duritskaya, de 23 años y que salió ilesa del ataque.
Los atacantes dispararon al menos ocho veces desde un coche. Cuatro balas alcanzaron al político en la espalda.
“La responsabilidad política de este asesinato la tienen las autoridades y, personalmente, el presidente Putin, es decir, aquellos que iniciaron y están llevando a cabo una guerra y una campaña de odio en apoyo de ésta”, escribió en su página de Facebook el exlíder del partido liberal Yabloko Grigori Yavlinski.
Otro importante líder opositor, Alexei Navalny, se preguntó cómo es posible que fuera asesinado Nemtsov y dijo que antes de la marcha de este domingo debió de haber estado bajo vigilancia. “No me puedo creer que anoche pudiera ir caminando hacia el Kremlin sin ser observado”, escribió en su blog.
El sábado, se supo que en las últimas semanas Nemtsov temía por su vida, por su oposición a Putin. El político dijo al semanario ruso Sobesednik que su madre le advirtió varias veces de que se exponía a lo peor.
En las imágenes difundidas por la cadena rusa TVC a partir de una cámara de videovigilancia muy lejana, puede verse al sospechoso de los disparos corriendo hacia la calzada y subiendo a otro coche de color claro, que de inmediato se da a la fuga.
En el momento del asesinato, Nemtsov y su pareja no aparecen, pues están ocultos por una máquina quitanieves.
Los dirigentes occidentales, entre ellos el presidente estadounidense, Barack Obama, condenaron el sábado un asesinato “brutal” y pidieron una investigación rápida y eficaz. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también criticó el asesinato y, según su portavoz, “espera que los autores sean llevados pronto ante la justicia”.
Nemtsov, un buen orador, intervino en numerosas manifestaciones contra el regreso de Putin a la presidencia rusa en 2012 y desde entonces no había dejado de fustigar la corrupción en el país y, en los últimos meses, la política rusa en el conflicto ucraniano. Según el exprimer ministro de Lituania Andrius Kubilius, Nemtsov se planteó pedir asilo en este país en 2012, por miedo a una venganza del Kremlin.