La Policía arrestó poco después a Eddie Routh, de 25 años, como sospechoso de ambas muertes.
Kyle formó parte de la unidad de elite SEAL de la Marina estadounidense y combatió en Irak, donde mató al menos a 150 insurgentes entre 1999 y 2009, según cifras oficiales del Pentágono, aunque él asegura que fueron más de 250.
Fue galardonado por su valentía, dejó la Marina en 2009 y escribió un libro, American Sniper, en el que relata sus días como militar.
En el libro, publicado el año pasado y que estuvo en la lista de los más vendidos del diario The New York Times, Kyle cuenta que los insurgentes iraquíes le pusieron de apodo “el diablo” y ofrecieron una recompensa por su cabeza.
El año pasado, en una entrevista con la revista Time, el exmilitar defendió su labor en Irak y argumentó que matar a insurgentes significaba salvar la vida de muchos de sus compañeros.
“La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas hacerlo (matar). Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como personas. No me preguntaba si tenían familia. Solo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo” , dijo en esa entrevista.
De joven, Kyle fue vaquero en Texas y empezó a disparar desde niño cuando salía a cazar con su padre.
Cuando dejó la Marina en 2009 fundó su propia empresa de formación militar.