La coordinadora de este órgano perteneciente a la fiscalía general, Sara Mónica Medina, explicó que en materia de genética se le realizó un raspado bucal para la extracción del ADN y la obtención del perfil genético, que se cotejó con algunos de sus familiares cercanos.
Además, se hizo una comparación fotográfica de sus rasgos faciales y se aplicó un método antropológico comparativo de medidas, con un resultado positivo.
“Se tomaron medidas anatómicas de fotografías de la cartilla que teníamos de identificación del primer ingreso de la persona en el penal” en 1993 y las que se “tomaron actualmente” .
Aunque el narcotraficante haya tenido algún tipo de cirugía, “siempre vamos a manejar índices métricos constantes” , explicó.
Además, se hizo una superposición de hemisferios con fotografías de antes y actuales, y ambos coinciden en la posición de la nariz, el labial, el mentón. “Se trata de la misma persona desde el punto de vista antropométrico” , insistió.
Por último, se estudiaron las 10 huellas dactilares y se confrontaron con las que se tenían de su primer ingreso en prisión, dando como resultado huellas exactamente iguales.
Con estas explicaciones, el Gobierno mexicano trata de poner fin a las dudas que ha suscitado la detención del narcotraficante más buscado del mundo, capturado el sábado recién pasado en una operación de la Marina mexicana en la que no hubo disparos.
