La empresa mexicana Bioparques de Occidente instaló un campamento en el municipio Tolimán del estado de Jalisco (oeste), donde explotaba a cientos de personas originarias de comunidades rurales de al menos cuatro estados mexicanos, informó el fiscal regional, Salvador González.
“Estamos hablando de entre 275 y 280 personas” rescatadas gracias a la denuncia de alguien que escapó la semana pasada y logró llegar a Guadalajara, capital de Jalisco, precisó.
Cinco capataces fueron detenidos por “graves violaciones y delitos, entre ellos privación ilegal de la libertad y trata”, contra las familias campesinas, de las que hacían parte 39 adolescentes, añadió González.
El fiscal explicó que los contratistas se anunciaban en la radio y ofrecían 100 pesos (unos 5.9 ó US$7.6 ) por jornada, así como alimento y vivienda durante tres meses.
Sin embargo, una vez que los jornaleros llegaban al campamento de ladrillos y techos de lámina, les pagaban casi la mitad de lo prometido en vales de despensa, que debían gastar en una tienda aledaña que vendía a sobreprecios. Además, los retenían a la fuerza en condiciones de hacinamiento, desaseo y malnutrición.
“Algunos se han querido escapar, pero si son descubiertos, son regresados y golpeados. Incluso ha habido a quienes se les termina el contrato y son retenidos sin paga hasta un mes más”, abundó González.
Valentín Hernández, un joven de 21 años originario de Tamaulipas (noreste), relatóel calvario que vivió al decidir trabajar para la empresa exportadora de tomate. “Allá no hay nada de trabajo, uno escuchaba a los corredores, los que trabajan para los contratistas, y uno cree que nos va a ir mejor. Pero nada de eso”, dijo el jornalero, que emprendió la desventura junto a su esposa, originaria de Veracruz (este). “Llegamos hace un mes y nos metieron en un cuartito de dos por cuatro metros con otras dos parejas, también con hijos”, añadió.
“La jornada es de unas 12 horas, nos llevamos 70 pesos. La comida está rancia y podrida, nos tienen como esclavos”, fustigó el joven, que no se atrevió a escapar. “Te dicen que te puedes ir si quieres, pero no te dejan ir. Esconden tus cosas y te amenazan para que te quedes. Y si alguien se quiere escapar y lo descubren, cuando lo regresan lo golpean. Sí hay quienes se han escapado, pero con familia no se puede”, relató.